Un club como el Real Madrid puede esperar a una estrella un año, dos, pero si al tercero no funciona, sea por lo que sea, por culpa de lesiones graves que han cercenado su carrera, como es el caso de Eden Hazard, no puede continuar así. Ha participado en 53 partidos en 27 meses, un promedio de dos encuentros por mes. Si contamos los minutos, porque muchas veces entró en las segundas partes, ha sumado 32 partidos reales. Hay que tomar decisiones. Y Ancelotti las ha tomado en realidad. La figura belga en un suplente de lujo en el club y esta situación contrasta con su alta ficha anual, la más alta de la plantilla, junto a Bale, doce millones de euros netos por campaña, sin contar bonus. Su cláusula se acerca a los 300 millones.
La ausencia persistente de Hazard en el once ha permitido la explosión de Vinicius, que ha recibido durante tres temporadas la continuidad que todo joven talento anhela y que tan difícil es de disfrutar en un equipo como el madrileño. El brasileño la ha tenido y se ha ganado por méritos propios la titularidad que hoy ostenta. Un míto, Francisco Gento, vivió una verdad similar desde 1953, procedente del Racing de Santander, y se consagró como un extremo de talla universal. Hoy, Vinicius tapona las opciones de Hazard, que es un suplente de lujo. Y el belga tiene también por delante a Rodrygo y a Marco Asensio por el flanco derecho del ataque, la otra posibilidad táctica que Carlo Ancelotti analizó para encontrar al hombre que hace tres años era el «top cinco» mundial.
Su estado físico, afectado por las operaciones quirúrgicas en el peroné, no aconseja que se le concedan dos partidos consecutivos completos, según el informe médico que Ancelotti tiene. Hay que graduar sus minutos. Regularle. Que no supere los 70 minutos por encuentro. Y al tercero sacarle media hora en el segundo tiempo. El resultado de esta situación es que Hazard tiene complicado ser un titular fijo del Real Madrid en su tercera campaña en la empresa. En esta diatriba, su papel como estrella se difumina. Y está en el mercado. Si el futbolista desea marcharse dentro de dos meses, en enero, para encontrar en otro equipo el protagonismo que aquí no recibe, la casa blanca no pondrá objeciones. Y si quiere esperar a final de temporada para irse a otro club en julio, tampoco tendrá problemas por parte de la entidad que tantos millones le paga cada año.
El jugador conoce su realidad, que es cruda. Ahora mismo es el último de la fila en el ataque madridista. Ancelotti destaca que el sistema idóneo para su idea de equipo es el 4-3-3 y en ese esquema tiene por delante a Vinicius, Rodrygo y Asensio. Lo constatamos frente al Elche y el Osasuna. Lo mismo ha sucedido en anteriores partidos. Solo fue titular en el estreno de la temporada, cuando Ancelotti colocó a Bale, Benzema y Hazard en la línea ofensiva. Eso duró un espasmo. Vinicius relevó al belga en las segundas partes, hasta que se hizo con el puesto. «El problema de Hazard es que ahora mismo he elegido a otros jugadores». La verdad es cruda, sí.
Eden, como le llaman en la cocina blanca, está en el mercado. Es transferible. Se encuentra en venta. Ancelotti le ha demostrado que es el último de la fila. El tercero en las decisiones para ser titular por la derecha (Rodrygo y Asensio) y el segundo para jugar por la izquierda, tras Vinicius, y estas determinaciones del entrenador dicen bien claro que no tiene sitio en el equipo y que lo mejor para él es que se busque otro club. Los hechos demuestran las cosas sin decirlas. Este tercer curso era el decisivo para tomar una determinación sobre su futuro y su rendimiento desvela que no puede seguir así en el Real Madrid. Él mismo lo sabe.
El propio Eden reflexiona afirma que le gusta ser protagonista en su equipo y dirigir el ataque. Cuando valora que no tiene importancia en ese conjunto, por las vicisitudes que sean, como sus lesiones constantes, «no le gusta ser comparsa y en esas situaciones prefiere buscar otro equipo donde pueda ser ». Lo dicen las personas que le conocen bien. Es un líder y en el Real Madrid no lo es. No le agrada esta realidad. Quiere estar en un sitio que le otorgue la manija del ataque, como la tuvo en Inglaterra. Hoy no la tiene.
En esta tesitura, varias empresas de la Premier, entre ellas su querido Chelsea, estudian su contratación. Si dialogan con el Real Madrid, no tendrán problema. Todo dependerá de lo que quiera Hazard. Si pretende marcharse en este mercado de invierno o si prefiere esperar a julio. Ancelotti lo ha dicho con claridad y al buen entendedor pocas palabras hacen falta: «Si un futbolista quiere marcharse, nunca se lo impedí». Ese mensaje va dirigido a Hazard, a Bale, a Isco, a Ceballos, a Jovic y a Mariano Díaz Mejía, que se partió la nariz por el Real Madrid en Elche.