González y Rajoy denuncian el superávit de «Inquisiciones» y «torquemadas»

Uno de los platos fuertes de la tercera edición del Foro de la Toja que se celebra estos días era ver a los ex presidentes Felipe González y Mariano Rajoy mano a mano hablando de lo divino y de lo humano con la tranquilidad de saberse fuera de las responsabilidades de Gobierno. Un diálogo, moderado por la periodista Gloria Lomana, que ha deparado grandes momentos como su coincidencia respecto a la proliferación de «Inquisiones» y «Torquemadas» en el debate político y social del país.

Ha abierto fuego el socialista al señalar que cada día «la política está más dispersa. Antes había una sola Inquisición, ahora hay 25 o 30. ¿No puedo pensar libremente aunque piense lo que digo? Hay una especie de achicamiento de las libertades», ha denunciado. Rajoy ha recogido el guante al sumarse a esta tesis. «Efectivamente, florecen por doquier los torquemadas. Tenemos un superávit monumental. Como digas algo que vaya en contra de lo que alguien dice que hay que decir te atizan inmisericordemente».

«La gente -ha concluido González- tiene la sensación de que vivíamos más libres en los años 80 que ahora. Para ser políticamente conveniente en esta política tan poliédrica, hay que callarse. Hay muchos que te dicen como hay que ser español, catalán, vasco… te echan los caballos encima, pasa hasta con los periodistas cuando les dicen usted no merece ser considerado periodista…»

Es cierto que en no pocos momentos, más que un diálogo, parecía un monólogo de González, el más extenso en sus intervenciones, pasando de un tema a otro sin solución de continuidad. Pero si una cosa ha querido dejar claro, es que se siente representante de «lo que va quedando del régimen del 78 y a mucha honra. Conseguimos pactar un marco de convivencia con una Constitución que no excluía a nadie, pero no permite que la gente se la salte a la torera».

Para Rajoy, la Transición fue ejemplo de acuerdo y de diálogo, entendidos como «sinónimos de civilización». También ha reivindicado la Constitución y su cumplimiento y revelado una dato desconocido de su cita con el ex presidente de la Generalitat Artur Mas en 2012, cuando le puso sobre la mesa la exigencia de un pacto fiscal para Cataluña. El catalán le pidió que fuera el propio Rajoy el que llevara dicho pacto al Congreso de los Diputados, cosa a la que se negó en redondo con el apoyo del entonces líder socialista, Alfredo Pérez Rubalcaba.

Ambos han dado muestra de su buena sintonía y arrancado las risas de los asistentes al afirmar González que Rajoy tenía más de «confucionista» que de gallego. González no está en contra del diálogo con la Generalitat, «no lo satanizo siempre que tenga la seguridad, y hasta el momento no hay demostración de lo contrario, de que se hace desde el respeto a la Constitución, no fuera de su perímetro».

Con Cataluña «hemos hecho esfuerzo de diálogo, todos -en alusión también a Rajoy- Dicen que ahora hay que desjudicializar la política y hacer política con la política, pero dentro de ese marco no existen ni la amnistía ni la autodeterminación porque no hay ninguna Constitución en el mundo que tenga una semilla de autodestrucción en su seno».

Tesis a la que se ha sumado el popular a la hora de hablar de la mesa de diálogo con la Generalitat. Dice Rajoy que le parece «muy bien que se hable, yo he hablado, pero hay un límite que es la Constitución de modo que ninguno de los que se sientan ahí a hablar pueden disponer de la soberanía» del país. Tras comentar que el referéndum que pretenden los secesionistas «es profundamente ilegal», defiende que si no declaran la independencia no es porque se haya creado esa mesa, sino porque «han visto lo que sucede cuando se declara, que el Estado tiene instrumentos para defenderse».

El ex presidente socialista ha defendido en otro momento que «sin seguridad jurídica no hay libertad» y que España tiene «dos cinturones de seguridad jurídica». El primero, una Constitución, «que no es perfecta porque, de serlo, no sé cuanta gente cabría en ella» y, segundo, la que ofrece nuestra pertenencia a la Unión. Por lo tanto, «hay que se cuidadoso con que la Constitución se cumpla», pero ha aprovechado para dar un tirón de orejas al PP al defender que «no podemos tener órganos constitucionales varados en la ría, es un incumplimiento flagrante de un mandato constitucional» en alusión a la renovación pendiente del CGPJ.

Rajoy se ha quejado de la falta de diálogo y de acuerdos en grandes cuestiones de Estado y alertado sobre una mayor fragmentación en el Parlamento, donde ya se sientan 17 partidos. «Podemos llegar a una situación de ingobernabilidad absoluta», ha avisado para subrayar que la centralidad solo se encuentra en el bipartidismo.