Isabel Díaz Ayuso llegó ayer por la noche a Estados Unidos para una gira de casi una semana en la que visitará Nueva York y Washington. El objetivo es ‘vender’ Madrid en la primera potencial mundial, algo que muchos presidentes de comunidades autónomas han hecho en el pasado. Es evidente, sin embargo, que Díaz Ayuso tiene una relevancia política en España que va más allá de las fronteras de la Comunidad de Madrid y que se ha convertido en una figura influyente en la derecha en todo el país tras su victoria rotunda en las elecciones madrileñas del pasado mayo.
Por ese perfil nacional y por los viajes recientes de Pedro Sánchez a EE.UU., es inevitable la comparación de la proyección internacional entre la presidenta de la Comunidad y el presidente del Gobierno. Sánchez, además, acaba de regresar de Nueva York tras un paso fugaz por la Asamblea General de la ONU. Ese viaje, disminuido por la situación en la isla canaria, no es comparable con el de Ayuso, pero quizá sí lo es el que Sánchez emprendió también a EE.UU., de forma intempestiva, a finales de julio, solo dos meses antes de la visita neoyorquina de esta semana.
La Moncloa organizó el viaje para proyectar a España como destino de inversiones y estrechar lazos económicos y políticos con EE.UU., intenciones similares a las de Díaz Ayuso.
Las oportunidades
«No es cuestión de rivalizar, sino de encontrar las mejores oportunidades para nuestra comunidad», aseguran a este periódico fuentes cercanas a la Presidencia de Madrid. En ese objetivo, aunque sean sin proponérselo, Díaz Ayuso ha organizado un viaje que no se queda atrás –incluso en algunos aspectos es más ambicioso– con respecto al de Sánchez, a pesar de que este último dispone de toda la maquinaria de la presidencia del Gobierno de España y de su Ministerio de Exteriores.
En Nueva York, en el primer día de su viaje, Sánchez mantuvo un encuentro con fondos de inversión y entidades financieras, incluidas entrevistas con el multimillonario y exalcalde de la ciudad, Michael Bloomberg, y con el consejero delegado de BlackRock, Larry Fink. En Los Ángeles, el presidente del Gobierno se reunió con productoras audiovisuales como Netflix o HBO, mientras que en San Francisco tuvo un encuentro con Tim Cook, el consejero delegado de Apple, que no pudieron presenciar ni los medios de comunicación ni el fotógrafo oficial que acompaña al presidente. Solo se filtraron dos imágenes de la reunión cedidas por la compañía.
Protagonismo del español
En ambas agendas también tuvo especial protagonismo el español. En Los Ángeles Sánchez anunció la creación de un nuevo centro del Instituto Cervantes, algo que ya había prometido en el mismo escenario en 2018, y que dijo que abrirá el año que viene, aunque sin dar una fecha exacta.
En el caso de Ayuso, buena parte de su viaje tiene que ver con la promoción de Madrid como la «capital mundial del español», un motor para la atracción de turismo, estudiantes, proyectos culturales y producciones audiovisuales en la región. A su vez, la presidenta madrileña buscará «reivindicar el legado español en América», un aspecto que ha tenido poco protagonismo en las últimas visitas de Sánchez a EE.UU., tampoco en lugares como California, un estado de gran presencia hispana y que tiene su origen en las misiones fundadas en el siglo XVIII por religiosos españoles en el entonces territorio español. Su figura más destacada, Fray Junípero Serra, ha sido una de las víctimas del revisionismo histórico de la presencia española en EE.UU., con estatuas mancilladas o retiradas y su nombre eliminado, por ejemplo, del campus de la Universidad de Stanford.
Donde sí habrá más diferencia entre Ayuso y Sánchez será en el peso político del viaje. El presidente del Gobierno no ha conseguido establecer una relación fluida con su homólogo estadounidense, Joe Biden. Al contrario que con presidentes españoles anteriores, Biden no habló por teléfono –sí lo hizo con decenas de mandatarios de todo el mundo, incluidos muchos países de peso muy inferior al de España– en los primeros meses de su presidencia y su único encuentro en persona ha sido un paseo breve por los pasillos de la cumbre de la OTAN en junio. Sánchez no tuvo encuentro en persona con Biden ni en la visita de julio ni en la de esta semana, ni hay indicaciones que se vaya a producir en lo que queda de año. El ninguneo de Biden solo se interrumpió con la crisis de Afganistán, cuando hablaron sobre la evacuación de afganos a través de las bases militares compartidas en territorio español.
Ayuso sí tendrá una visita de corte político en Washington. Acudirá al Congreso de EE.UU., invitada a una sesión del Caucus Hispano, el grupo de legisladores hispanos del Senado y de la Cámara de Representantes. Allí dará un discurso y tendrá la oportunidad de encontrarse –y quizá enfrentar posiciones– con personalidades políticas como el senador Bob Menéndez –presidente del comité de Exteriores de la Cámara alta– o Alexandria Ocasio-Cortez, la figura más influyente de la corriente izquierdista del partido demócrata.