Protasévich, el periodista bielorruso apresado por Lukashenko podría ser condenado a pena de muerte

El periodista bielorruso, Román Protasévich, para cuya detención el dictador Aléxander Lukashenko, urdió la patraña de que el avión en el que viajaba estaba lleno de explosivos y hasta empleó un avión de combate para obligarle a aterrizar en el aeropuerto de Minsk, jugó un papel crucial, no sólo en la cobertura de las protestas contra Lukashenko, sino también en la organización de la movilizaciones.

Sin embargo, no es el único opositor bielorruso exiliado que ha estado causando dolores de cabeza a las autoridades de Minsk. Como él, exiliado también en Polonia, está Pável Latushko, la líder del movimiento Svetlana Tijanóvskaya, refugiada en Lituania, o Valerí Tsepkalo, que vive actualmente en Letonia y desde ahí lleva a cabo su actividad opositora.

Pero Protasévich ha caído en las garras del ogro porque no imaginaba que Lukashenko sabía de su viaje a través del espacio aéreo bielorruso y tampoco que se atrevería a violar las leyes internacionales, en especial en lo referente a las normas de aviación civil.

Tuvo, según los analistas, muy mala suerte. Era evidente que la información de la torre de control de Minsk sobre la presencia de explosivos a bordoestaba trucada, ya que el avión partió de Atenas y era inverosímil que en Minsk hubieran podido saber nada. De haber sido cierto, los primeros en conocer la supuesta situación a bordo de peligro hubiesen sido los griegos. Tampoco tiene lógica que, si efectivamente el avión estaba minado, para qué hacía falta un Mig-29 para obligar al aparato de Ryanair a aterrizar.

Protasévich, de 26 años de edad y natural de Minsk, empezó a tomar parte en acciones de protesta contra Lukashenko a comienzos de 2010. En 2011 fue detenido por primera vez, lo que le costó la expulsión del centro de enseñanza en el que estudiaba. Logró después ingresar en la Facultad de Periodismo de la Universidad Estatal de Bielorrusia (BGU), de donde también terminó siendo excluido.

Trabajó entonces para distintos medios de comunicación, entre ellos ‘Radio Svoboda’. La presión de las autoridades le obligaron a exiliarse en Polonia a finales de 2019, en donde solicito asilo político. Estando en Polonia, se puso al frente del canal de Telegram ‘NEXTA‘, una de las fuentes de información, en agosto de 2020, tras el pucherazo de Lukashenko, en un momento en el que el poder se dedicó a desconectar internet a la población.

El pasado mes de noviembre, Protasévich fue imputado en ausencia por varios delitos: organización de disturbios masivos e «incitación a la enemistad social contra funcionarios del Gobierno». Podrían suponerle penas de 12 a 15 años de prisión. También en noviembre, fue incluido en la lista de «terroristas», razón por la que él cree que podría ser condenado a la pena de muerte. Su padre, Dmitri Protasévich, teniente coronel del Ejército, fue degradado personalmente por Lukashenko.