Continúa el goteo de bajas en Ciudadanos

Madrid, 04/05/2021. Sede del partido de Ciudadanos en la calle Alcalá. Comparece Edmundo Bal con todo su equipo tras el fracaso de perder todos los escaós en el Parlamento de la Comunidad de Madrid tras las elecciones del 4M. Foto: Guillermo Navarro. ARCHDC

Después de la fuerte réplica que el viernes sacudió Ciudadanos (Cs) -con el adiós de la exconsejera madrileña de Cultura Marta Rivera de la Cruz, la baja de militancia de cuatro diputados autonómicos de la Comunidad Valenciana y la rebelión de otros tres parlamentarios en Baleares-, el goteo de bajas en el partido ha continuado esta semana con un esquema que se repite: cartas publicadas en Twitter con argumentos prácticamente calcados, salvación de la figura de Albert Rivera -a quien ninguno responsabiliza de la pérdida de 47 diputados en apenas siete meses- y culpa en exclusiva de la debacle del partido a Inés Arrimadas y a la actual dirección.

Los ‘me gusta’ y los retuits, significativos, están llenos de ex de Cs, todos cercanos a Fran Hervías, quien se fue al PP acusando a sus excompañeros de haber caído en una ‘deriva sanchista’ por apoyar las prórrogas del estado de alarma y negociar los Presupuestos Generales del Estado, a los que sin embargo terminaron votando en contra. Este periódico ya publicó la importancia de la incorporación de Hervías a Génova, dado que como exsecretario de Organización de Cs y responsable de la implantación nacional del partido maneja una red de contactos interna muy superior a la de los propios Rivera y Arrimadas. Sabe qué cuerdas tocar para que suene música.

Ayer se marchó la exdiputada Sandra Julià con una misiva durísima en la que acusaba a Arrimadas de haber convertido a Cs en «alfombra del sanchismo». Julià, que fue diputada nacional en la XII y la XIII Legislaturas, fue apartada de sus cargos orgánicos ya después de las elecciones de noviembre del 2019, en las que perdió su escaño, por ser crítica con Toni Cantó -ahora también cercano al PP-, entonces líder territorial de Cs en la Comunidad Valenciana.

Hoy, con cartas todas similares, han anunciado su ruptura del carnet de militancia de Cs Miguel Garcia Payà -sin cargos orgánicos-, la concejal de Cambrils Patricia de Miguel -sin abandonar el acta- y el que fuese número dos del partido en Galicia durante años -donde Cs nunca ha conseguido representación en el Parlamento autonómico-, el concejal de Orense Laureano Bermejo, quien también retiene el acta.

El goteo comenzó después de la moción de censura en la Región de Murcia, fracasada por el pacto de tres diputados de Cs que acordaron con el PP su presencia en el Gobierno autonómico a cambio de votar en contra de su propia moción, y se interrumpió al arrancar la campaña de las elecciones madrileñas. En cuanto terminaron los comicios, se abrió de nuevo la veda. Lo curioso es que los argumentos son los mismos, con la salvedad de que ahora se añade la desaparición de la Asamblea de Madrid y la total ausencia de autocrítica de la dirección nacional, cuya respuesta al varapalo electoral ha generado malestar en la militancia.

Pero a pesar de que Cs durante la campaña cerró la puerta a un acuerdo con el PSOE y dijo por activa y por pasiva que quería reeditar el Gobierno con Isabel Díaz Ayuso, los cargos medios y las personas sin responsabilidades que estos días están abandonando Cs persisten en el «sanchismo» como uno de los elementos causales de su marcha. «No he cambiado yo, ha cambiado Cs», repiten con unas u otras palabras.