La Iglesia cubana pide reformas al régimen: «El pueblo no aguanta más»

La Conferencia Cubana de Religiosos y Religiosas (Concur), que agrupa a 18 órdenes católicas de la isla, hizo pública la semana pasada una carta, dirigida a las autoridades de Camagüey, en la que denuncia los problemas sociales que atraviesa el país.

«Con respeto y preocupación nos dirigimos a ustedes para presentarle las situaciones dolorosas que estamos viviendo como pueblo con el objetivo de solicitarles alternativas para su alivio», empieza la misiva que ha circulado por las redes sociales. En ella, se enumeran algunos de los «actuales clamores de los cubanos y cubanos, que requieren se escuchados». Entre ellos se refieren a los «salarios insuficientes y el alza de precios», que impide a los cubanos comprar los productos alimenticios y de aseos necesarios «para una vida digna». El aumento de precios también ha afectado a los servicios públicos (electricidad, agua, gas, teléfono), cuya tarifa se ha multiplicado hasta por diez, lo que «ha privado a muchos de tener el servicio».

Los religiosos también se refieren a la dificultad para lograr asistencia médica y medicinas en la isla, tanto para las personas que sufren enfermedades comunes, como crónicas y psiquiátricas, que no pueden acceder a antibióticos, calmantes o sedantes.

El desabastecimiento en las tiendas y el hacinamiento en las viviendas, «lo que provoca conflictos familiares y alto riesgo de abusos verbales, físicos y sexuales», son otros de los probemas a los que se enfrenta la población cubana a diario.

La carta hace un especial hincapié al miedo y desconfianza que sienten los cubanos a la hora de expresarse públicamente. «La gran mayoría del pueblo no se siente en confianza y libertad para expresar lo que piensa en diversos ambientes sociales, tampoco para acercarse a las autoridades de distintos niveles y áreas, y solicitar lo que creen, expresar lo que necesitan o sugerir alternativas. Existe miedo a la exclusión –señalan–. Tanto el miedo como la falta de confianza y libertad no son infundados, pues todos hemos sido testigos de la manera en que, a través de los medios de comunicación oficiales, se condena diversas iniciativas pacíficas y se denigra a personas y grupos».

«La gran mayoría del pueblo no se siente en confianza y libertad para expresar lo que piensa en diversos ambientes sociales», afirman los religiosos

Estas líneas se hacen eco de la creciente represión que ejerce el aparato del Estado contra sectores como el de los artistas –Movimiento San Isidro y 27-N–, muy críticos con el Gobierno de Díaz-Canel, por lo que han sido víctimas de detenciones, arrestos domiciliarios y criminalización y difamación a través de los medios oficialistas.

Situación insostenible

«También se ha utilizado la fuerza policial y de grupos de choque de manera coercitiva, violentando el disfrute de la libertad e incumpliendo con el artículo 54 de la Constitución que dice: “El Estado reconoce, respeta y garantiza a las personas la libertad de pensamiento, conciencia y expresión” –añaden–. El pueblo cubano es creativo, pero muchos no se atreven a dejar fluir sus propuestas porque falta crear una cultura de acogida a lo diferente y reconocer los beneficios de la diversidad».

Como consecuencia de lo anteriormente expuesto, los religiosos alertan sobre el deterioro de las relaciones «sociales, familiares y personales» en Cuba. «Sentimos que el pueblo no aguanta más». Y es por eso que consideran que «las autoridades competentes deben replantearse el camino».

Para subsanar algunas de las carencias, reclaman al régimen que acepte la ayuda humanitaria que está bloqueada en la aduana y que permita que llegue más ayuda al país. Y abogan por la creación de «espacios de diálogo igualitario entre el Estado y los diversos actores sociales, sentarse juntos a una misma mesa para buscar alternativas y unir esfuerzos para sacar adelante nuestro país, que está viviendo una situación crítica. Reconocer que la diversidad de opinión es positiva para lograr alternativas factibles».