Los ingresados en uci por el coronavirus en Aragón alcanzan la cifra más alta en mes y medio

La quinta oleada de la pandemia de coronavirus en Aragón tiende a la estabilización mientras continúa el aumento de ingresos en los hospitales y en cuidados intensivos donde, a 13 días del fin del estado de alarma, atienden a 63 pacientes covid, la cifra más alta desde el 8 de marzo. Los profesionales alertan de que la presión asistencial seguirá al menos dos semanas en estas unidades de críticos, que tratan a enfermos más jóvenes que en brotes anteriores. Con un 27,16% de las camas uci ocupadas por pacientes covid, Aragón figura entre las siete comunidades en riesgo extremo (más del 25%). A pesar de ello, la atención está garantizada, con 101 camas uci con respirador disponibles.

La ocupación hospitalaria ha ido aumentando de manera progresiva durante la ola actual. Si después de Semana Santa el número de enfermos que requerían ingreso rozaba los 300, ahora ronda los 400. En las ucis se ha pasado en este periodo de 48 a 63 (cuatro más en la última jornada). Hay, sin embargo, una gran heterogeneidad en la Comunidad, con hospitales como el Obispo Polanco de Teruel sin pacientes covid en uci o el San Jorge de Huesca (3), mientras que otros soportan una alta presión. Sería el caso del Miguel Servet y del Clínico, cada uno con 21 enfermos críticos. Este último centro ha tenido que desdoblar cuatro boxes para hacer frente a la demanda asistencial, además de habilitar cuatro puestos en la Unidad de Reanimación Anestésica (REA). Ayer por la mañana, según explicó el jefe de servicio de la uci, el doctor Juan José Araiz, atendían también a 13 enfermos de otras patologías, alcanzando así el máximo de su capacidad estructural de 34 camas: «Vamos detrás del pico de incidencia. Los casos de Semana Santa empiezan a llegar ahora. Nos queda una semana o dos de mucha incertidumbre. Estamos trabajando al límite». Un paso intermedio antes de llegar a la intubación y a las ucis es la oxigenoterapia de alto flujo, que se aplica entre el Servet y el Clínico a más de 30 pacientes.

El perfil de enfermo ha cambiado respecto a la primavera pasada. Desde la Sociedad Aragonesa de Medicina Intensiva y Unidades Coronarias (Sarmicyuc) subrayaron que ingresan pacientes mucho más jóvenes, por lo que tienen más probabilidad de supervivencia. Eso implicaría que sus estancias se podrían alargar, incrementando el volumen de ocupación. Hasta este último mes, añadió el doctor Araiz, los pacientes tenían, en su mayoría, entre 60 y 75 años; en este último brote tienen «gente más joven, de 30, 40, 50 años… Algunos con antecedentes médicos, pero muchos no». Una situación que podría tener relación con la cada vez mayor presencia de la cepa británica, que está detrás de ocho de cada diez contagios. En cuanto a la mortalidad, dijo, «está muy vinculada con la edad».

Por su parte, Federico Arribas, secretario de la Sociedad Española de Epidemiología, reconoció que se está haciendo un importante esfuerzo de vacunación, pero aún falta para lograr una cobertura amplia entre los menores de 80: «Estamos en un impás y hay que ser muy cautelosos y no bajar la guardia». El proceso de inmunización hace que el escenario haya cambiado. «Se ha frenado el aumento de contagios. La vacuna está haciendo su efecto», explicó.