La fusión PP-Ciudadanos, una oportunidad ante los riesgos de futuro de Cs

Ciudadanos desdeña hoy por hoy una convergencia con el PP, como descartó este martes de forma contundente su líder, Inés Arrimadas. “Ciudadanos no está en venta, ni yo me vendo por un cargo”, dijo la presidenta de Cs. Se pronunció así después de que el líder del PP, Pablo Casado, revelara el lunes una propuesta de fusión que planteó a Cs el pasado verano, antes de que las relaciones entre ambos saltaran por los aires con la moción de censura en Murcia. Al hacerlo, reabrió el debate sobre la conveniencia o no de esa alianza entre las dos formaciones del centro derecha. Expertos en demoscopia de las principales casas de encuestas consultados por EL PAÍS consideran que desde el punto de vista electoral la unión del PP y Cs es conveniente, mucho más para los liberales que para los conservadores, ante el riesgo que estos corren de terminar sucumbiendo en las urnas.

La fusión interesa a ambos partidos por eficiencia electoral, porque el sistema de reparto de escaños en unas generales penaliza la división en varias candidaturas, según los analistas. “No garantizaría que todos los votos de Cs fueran a ir al PP, porque hay algunos que rescatará el PSOE y otros irán a la abstención, pero la alianza es mucho más efectiva que concurrir en listas separadas de cara a conseguir el mayor número de escaños”, afirma José Pablo Ferrándiz, investigador principal de Metroscopia. Narciso Michavila, presidente de GAD3, coincide en la tesis: “El sistema electoral español castiga mucho la división de voto, en el Congreso la ley D’Hont actúa como una guillotina, por lo que la unión, del tipo que fuera, tendría lógica electoral al compartir PP y Cs el mismo espacio electoral”.

Los expertos defienden que la fragilidad de Ciudadanos tras la debacle en las elecciones en Cataluña (cuando pasó de 36 a 6 diputados) y la fallida moción de censura de Murcia aconseja que el partido se replantee su negativa a unirse al PP, ante el riesgo de desaparecer en las urnas. “La tendencia de Cs es claramente a la baja: en nuestros datos está ahora mismo en una horquilla de entre el 3% y el 6% de los votos, pero incluso con el 6% puede suponer cero escaños en el Congreso”, reflexiona Ferrándiz. El sociólogo de Celeste-Tel José Ramón Lorente considera que el PP “ya no necesita” la fusión con Ciudadanos, porque el trasvase de votantes de Cs a la candidatura de los populares se ha desencadenado hace un mes en Madrid, y así será en el resto de España. “Desde el punto de vista de Cs, sería un favor que le haría el PP, porque sus votantes ya se han empezado a disolver dentro del PP en Madrid. La pregunta es: ¿eso es mérito de Isabel Díaz Ayuso o de Pablo Casado?”, inquiere.

Ciudadanos logró representar un espacio centrista de 40 diputados con su salto a la política nacional en 2015. El partido alcanzó su techo en las generales de abril de 2019, con los 57 escaños gracias al giro a la derecha de Albert Rivera, pero se hundió hasta diez asientos en noviembre de ese mismo año. Algunos especialistas sostienen que ya no hay hueco para un partido en el centro, porque el PP y el PSOE han salido de sus respectivas crisis. “El espacio del centro, de la moderación, existe ya en el centroderecha y el centroizquierda, esto es, en el PP y el PSOE. Sobre el papel el centro es muy bonito, pero no da votos. Solo da votos cuando estos grandes partidos tienen problemas tan importantes como el de credibilidad que afectó al PSOE o el de corrupción del PP”, defiende el experto de Celeste- Tel. “Cuando esto va quedando atrás, la gente vuelve a esos partidos, y lo vamos a ver en Madrid”, remacha.

Votantes “primos hermanos”

Los votantes del PP y Ciudadanos son “primos hermanos”, enfatizan los especialistas, aunque en el programa haya propuestas en las que divergen. Arrimadas insiste en remarcar su identidad de proyecto frente al del PP. “Tenemos muchas diferencias. Ellos creen que hay que repartirse a los jueces, nosotros no; ellos están en contra de una legislación garantista de la eutanasia, nosotros no”, ejemplificó este martes la líder de Cs. Las tripas de las encuestas señalan que más allá del programa, “tanto en el perfil sociodemográfico como ideológico las diferencias de los electorados de los dos partidos son mínimas”, resalta Ferrándiz.

Los analistas consultados comparten que las elecciones de Madrid serán decisivas para el futuro de Cs y del centroderecha. El instituto DYM preguntó en febrero de este año, después de las catalanas, por la fusión entre PP y Ciudadanos, y el resultado fueron altos porcentajes de aprobación entre los dos electorados. Un 72% de los votantes del PP y un 64% de los de Cs, según este sondeo, estaba a favor de la integración de ambas marcas. “Ahora mismo, en Madrid se ha producido un trasvase al PP de ese votante de Cs favorable a la unión con los populares”, apunta el director general de DYM, Carlos Rello. Se va a producir, estima, una especie de fusión de facto en las urnas. Narciso Michavila, de GAD3, apostilla en la misma línea: “La historia demuestra que los electores acaban uniendo en las urnas lo que los líderes no son capaces de hacer”. La encuesta preelectoral del Centro de Investigaciones Sociológicas conocida la semana pasada reflejó que el 48,5% de los votantes de Cs en 2019 aseguran que votarán el 4 de mayo a Isabel Díaz Ayuso.

La incógnita en el caso de la alianza, según el experto de DYM, es qué pasaría con el tercio de votantes de Cs que en la encuesta de febrero se mostraron contrarios a la integración con el PP: “La duda que queda es si la fusión movilizaría a ese núcleo duro de votantes de Cs, o lo llevaría a quedarse huérfano en la abstención”. De momento, en todo caso, la fusión no pasa de ser una hipótesis sobre el papel.