¿Meseta o repunte? Abril, un mes decisivo para tener un verano «normal»

La Semana Santa, la amenaza de la cuarta ola, la crisis de credibilidad de AstraZeneca y el posible inicio de la vacunación masiva. Abril será un mes decisivo en la lucha contra la pandemia en España, cuatro semanas que marcarán en gran medida si podemos tener un verano «normal».

En el mejor de los escenarios, los españoles nos comportaremos bien durante la Semana Santa, evitaremos una cuarta ola y empezarán a llegar millones de dosis de vacunas para iniciar una campaña masiva que nos acerque al objetivo del 70% de inmunidad en el verano. Pero los expertos también contemplan una situación radicalmente opuesta: que los contagios se disparen en las vacaciones y que no lleguen las dosis previstas para empezar a vacunar de una manera masiva.

«La cuarta ola la tenemos a la vuelta de la esquina. Ojalá me equivoque y tarde mucho en venir, pero la incidencia ya está estancada y en algunas Comunidades está empezando a subir», afirma Manuel Franco, portavoz de la Sociedad Española de Salud Pública y Administración Sanitaria (SESPAS). En Cataluña, por ejemplo, se está viendo una tendencia al alza de los contagios.

«Es pronto para saber si es algo puntual o podríamos estar ante un posible cambio de tendencia», indicó en ese sentido el miércoles la ministra de Sanidad, Carolina Darias, que pidió. «Estamos en una zona valle, estancados. Máxima prudencia», pidió a las puertas del Puente de San José y a días de la Semana Santa. La situación actual puede devenir en una cuarta ola o en una meseta, como señalaba en El Mundo el virólogo Adolfo García-Sastre: «Creo que tendremos una larga meseta que bajará despacio a medida que vacunemos».

Sin movilidad en Semana Santa

A diferencia de las Navidades, cuando algunas comunidades permitieron los reagrupamientos familiares, en Semana Santa no podrá haber movilidad entre regiones salvo casos excepcionales. Semanas después de las fiestas de Navidad, España alcanzó el pico de la tercera, contando casi 20.000 contagios en un solo día. La curva empezó a descender en el inicio de febrero y no ha parado de bajar hasta esta semana, cuando se ha estancado.

Lo que puede hacer que se desmadre todo es el buen tiempo, que llenemos las terrazas y los parques»

«Sin embargo, lo bueno de este inicio de la cuarta ola es que nos pilla con unos niveles de contagios mucho más bajitos y con los deberes mejor hechos. En Semana Santa van a estar todas las Comunidades cerradas, lo que va a evitar que echemos gasolina al fuego de la cuarta ola», comenta Manuel Franco. En efecto, el 24 de diciembre, cuando empezaron las vacaciones de Navidad, la incidencia acumulada en España se situaba en 263, mientras que ahora está en 128.

«Además, creo que hemos aprendido la lección y creo que estamos todos mentalizados en que no vamos a tener Semana Santa», añade el experto. «Lo que puede hacer que se desmadre todo es el buen tiempo, que llenemos las terrazas y los parques durante los días festivos».

Cinco millones de Pfizer y primeras vacunas de Janssen

En abril se esperan que lleguen a España cinco millones de las vacunas de Pfizer, 1,2 millones por semana según detalló la ministra Darias. Eso ayudaría a incrementar considerablemente el ritmo de vacunación. Además, abril será el mes en el que se empiece a inocular el compuesto de Janssen, la única vacuna contra el coronavirus del mercado que consiste en una única dosis, y se recuperarán . El Gobierno mantiene todavía el objetivo de que el 70% de la población esté vacunada durante el verano.

«El tema fundamental para lograrlo pivota en que lleguen las dosis que dicen», señala Diego Ayuso, secretario general del Consejo General de Enfermería. «Si llegan, estamos a tiempo de poder vacunar de manera rápida y fluida al 70% de la población. Si no llegan, no lo vamos a conseguir». De momento, el porcentaje de la población española que ha recibido las dos dosis necesarias para la inmunización no llega al 4%.

Una posible cuarta ola obligaría a destinar muchos recursos sanitarios a las urgencias y las UCIS, aunque Diego Ayuso cree ese escenario no impediría que se mantuviera un plan de vacunación masiva. «Puede tensionar un poco la actividad asistencial normal y no se podrá hacer el seguimiento ideal y crónicos o de pacientes covid en domicilios, pero hay gente de sobra para vacunar», señala el experto. «La única manera de salir es la vacuna, así que se haría lo que fuera necesario para que las vacunas que lleguen se administren de una manera ágil y rápida»