Laso, una leyenda del Real Madrid bajo la lupa de sus jugadores más cercanos

«La que has liado. Esto está muy bien, pero ahora toca ganar la Liga». Las palabras de Florentino Pérez a Pablo Laso tras levantar su primer título a los pocos meses de aterrizar en el banquillo explican bien cuál debía ser el camino en el Real Madrid del técnico vasco, que ayer igualó a Lolo Sainz como el entrenador con más partidos en la historia del club. La del presidente, uno de sus grandes valedores en la entidad, fue una reacción de alegría inmensa y de ambición. Ganar la Copa y hacerlo en Barcelona suponía un hito histórico para la sección, sumida desde hace años en una crisis que parecía interminable, pero no había que quedarse ahí. Tocaba mirar al futuro con la voracidad que lo había hecho siempre el club y vaya si se hizo. Tanto, que ni siquiera Florentino imaginaba entonces que aquella apuesta casi personal por Laso iba a resultar tan decisiva para el futuro del equipo y del baloncesto español.

Han pasado diez años desde que el técnico se hiciera cargo del banquillo del Real Madrid y han cambiado tanto las cosas para la sección de baloncesto del club blanco que pocos se acuerdan ya del desastre que era hasta la llegada del vasco. Los 734 encuentros que han pasado desde que firmó en el verano de 2011 le han servido para ganar 20 títulos y, lo más importante, para devolver a la canasta blanca la autoestima y el carácter ganador que durante dos décadas habían quedado sepultados bajo decenas de fichajes y proyectos fallidos. De hecho, en los 22 años que pasaron desde la marcha de Lolo Sainz y la llegada de Laso ocuparon el banquillo blanco 15 técnicos diferentes que solo pudieron llevar diez trofeos a las vitrinas del Bernabéu. Especialmente dolorosa fue la última etapa previa al «lasismo» con cuatro años de sequía que pusieron incluso en peligro la pervivencia de la canasta madridista, un agujero económico para el club que apenas tenía respaldo social.

Núcleo duro del vestuario

La llegada de Laso cambió de manera radical la visión del club sobre el baloncesto, pues además de conseguir títulos de manera inmediata, el técnico supo hacerlo con un juego ofensivo que reenganchó a la afición. El vasco tenía claro que lo primero que debía hacer era devolver al equipo las señas de identidad históricas. Esas que lo habían hecho reconocible durante años y que se habían perdido. Para conseguirlo, se rodeó de un núcleo fuerte de jugadores, a los que mimó desde el principio para sacar su mejor versión. De todos ellos, solo cuatro han hecho el viaje completo con él. Los cuatro escuderos que han sido pieza clave en la década prodigiosa del club, una de las más exitosas de siempre. Felipe Reyes, el capitán en todo este periplo, tiene claro que aquel fichaje para el banquillo fue decisivo y lo cambió todo. «Su llegada supuso una ola de aire fresco y abrió la etapa de éxitos en la que todavía nos encontramos. En estos diez años con Pablo, el Real Madrid ha ganado muchos títulos y eso tiene mucho mérito porque llegó al club en un momento en el que no nos encontrábamos en el lugar que nos correspondía por historia. Él supo entender la filosofía de la sección desde el primer momento y así empezamos a luchar de inmediato por los títulos hasta volver a situar al Real Madrid en lo más alto», explica a ABC el pívot, que ha sido el encargado de levantar todos los trofeos conseguidos por el club en estos diez años. Incluidas las dos Euroligas, cima continental que parecía prohibida desde la década de los 90.

Felipe Reyes: «Su llegada supuso una ola de aire fresco y abrió la etapa de éxitos en la que todavía nos encontramos»

« La novena fue un momento muy especial. Jugar la Final Four en Madrid era un motivo de presión, pero todo el mundo fue capaz de hacer un gran trabajo. Fue la consecución de un título que para todo el mundo fue muy especial», reconocía el propio Laso hace unas semanas. Aquel triunfo continental fue la guinda a la temporada perfecta en 2015, en la que el Real Madrid ganó todos los títulos en juego. Supercopa, Copa del Rey, Euroliga y Liga ACB, a los que sumó meses después la Intercontinental. Aquel año fue el más productivo, aunque el mérito de Laso y sus jugadores va más allá, pues nunca en estos diez años se han ido de vacaciones sin ninguna alegría en el zurrón.

El vestuario coincide en que la confianza que transmite el técnico desde el primer día ha sido fundamental en este ciclo de éxitos. «Pablo jugó en el Real Madrid y ha sido uno de los mejores bases del baloncesto español. Sabe cómo funciona el club y eso le ha venido bien desde el primer día. Creo que ha sido la pieza que nos ha hecho crecer como grupo y nos ha dado la confianza necesaria para dar el paso adelante que nos permitió empezar a ganar títulos. Su trayectoria en el Real Madrid habla por sí sola y para mí, personalmente, ha sido una de las personas más importantes en mi carrera porque me ha hecho crecer como jugador y como persona. Me ha enseñado muchas cosas y siempre le estaré agradecido», expone Llull, que nunca había jugado de base en el Madrid hasta que llegó Laso. Un cambio de posición que le llevó a la selección y a convertirse en el mejor jugador de Europa, codiciado por la NBA, a la que renunció por quedarse a su lado.

Llull: «Creo que ha sido la pieza que nos ha hecho crecer como grupo. Para mí, personalmente, ha sido una de las personas más importantes en mi carrera»

Otro de los escuderos del técnico en el vestuario en estos diez años hizo el viaje inverso. Rudy Fernández dejó la NBA para volver a sonreír en el Real Madrid y lo consiguió con creces. «Sin duda, Pablo ha sido uno de los grandes artífices de los éxitos cosechados por el Real Madrid en los últimos años. Ha sabido gestionar plantillas muy amplias de jugadores con mucha calidad y le ha otorgado a cada uno de ellos un rol importante cuando ha sido necesario. A nivel personal, me ha ayudado a adaptarme a cada momento de la temporada y a dar siempre el máximo. Siempre he valorado mucho lo que piensa de mí y yo he intentado ayudar al equipo haciendo todo lo que me ha pedido».

Rudy Fernández: «Sin duda, Pablo ha sido uno de los grandes artífices de los éxitos cosechados por el Real Madrid en los últimos años»

Las palabras de Rudy coinciden con las de sus compañeros de viaje, incluido Jaycee Carroll, el primer fichaje de la era Laso, que a pesar de las dudas del año pasado continúa siendo parte del equipo en este 2021. «Tengo la gran suerte de llevar diez años en el Real Madrid bajo las órdenes del mismo entrenador. Desde el primer día, Pablo entendió perfectamente lo que era capaz de hacer por el equipo, lo que podía aportar y también lo que podía mejorar para explotar todo mi potencial», apunta el americano, convertido ya en el extranjero con más partidos del club.

Un reto por delante

Laso se convertirá el jueves en el técnico más longevo del club, pero le quedará por delante el reto de convertirse en el más laureado, para lo que debe encadenar aún varios títulos más. Porque a pesar de su prolífica carrera en el banquillo –sale a dos trofeos por temporada, la mitad de todos los que se ponen en juego–, Pedro Ferrándiz se mantiene aún en lo más alto de esa clasificación con 27 títulos en trece temporadas por los 22 de Lolo Sainz, el último gran técnico del club antes de la llegada de Laso en 2011. «Estoy encantado de que Pablo, al que tuve a mis órdenes en la selección, haya sido el que me ha superado. Creo que la estabilidad ha sido muy importante para que lleve tantos años. Su gestión del vestuario ha sido muy buena y ha sabido rodearse de un grupo de jugadores muy cercano a él, que era algo que históricamente ya ocurría en el Real Madrid. En definitiva, ha traído de nuevo los valores al club y eso se ha traducido en títulos y alegrías», señala el propio Lolo Sainz en conversación con ABC. Tres leyendas del banquillo con una misma filosofía. Atrás queda su legado, como antes quedó el de Ferrándiz. El de Laso aún tiene páginas por escribir y la siguiente espera esta semana en la Copa, donde los blancos pueden sumar su segundo título de la temporada. Otro más para la era Laso, cuyo final no se vislumbra.