El covid y la política general

El Gobierno cuatripartito afronta el próximo jueves su primer debate de política general, casi 16 meses después de la firma del acuerdo que autodenominaron transversal entre PSOE, Podemos, CHA y PAR. Este examen general al Ejecutivo y la situación política en Aragón llega en un momento crítico en el que la pandemia ha eclipsado cualquier acción de gobierno y, por tanto, deja poco espacio a analizar la acción política ajena a la situación epidemiológica. El debate de política general sobre el estado de la comunidad será prácticamente un pleno monográfico centrado en la situación actual y, lo más importante, en cómo salir de un atolladero sanitario y económico de incierta perspectiva.

El debate se celebra varias semanas después de lo previsto, tras un contratiempo médico del presidente de Aragón, Javier Lambán, que le llevó a permanecer ingresado varios días y obligó a posponer la cita. En un momento en el que Aragón bate los peores registros de contagio a diario, se ha llegado a cuestionar la conveniencia de celebrarlo, ya que poco margen más hay para debatir sobre otros aspectos que ahora se antojan prácticamente secundarios. De hecho, en la reunión de la junta de portavoces que se celebró para fijar fecha a la sesión se llegó a plantear la opción de posponerlo. Finalmente se impuso el criterio  mayoritario del Ejecutivo, que quiere explicar ante una Cámara que verá reducido su aforo de diputados y estará vacía de invitados cómo afronta la pandemia y buscará de nuevo la complicidad de una oposición que ha sido hasta ahora muy generosa en su posición hacia el Ejecutivo y ha ido de la mano con él sin cuestionar la acción de gobierno incluso en los casos en los que ha considerado que las cosas se podían haber hecho de otra manera. El hecho de que no se haya sentido al margen de la acción gubernamental y hayan recibido información con transparencia ha logrado precisamente que no haya habido más ruido del necesario

El Ejecutivo de Aragón sabe que este debate es una nueva oportunidad para exhibir unidad, reivindicar el autogobierno y la cogobernanza como ejemplo de que sirve para gestionar y aunque no se prevén anuncios de calado más allá de incidir en la reconstrucción, se pretende trasladar esa imagen de fortaleza y cohesión. En el Ejecutivo en el que los socios están cada vez más desdibujados se reafirma de este modo el buscado hiperliderazgo de Javier Lambán, que al igual que sucede en el Ayuntamiento de Zaragoza con Jorge Azcón, se ha encontrado con la benevolencia de la opinión pública y de una oposición que ha centrado sus iras en el Gobierno de España, dando oxígeno al Ejecutivo autonómico.

Consciente de esta situación, el PP tratará mantener su posición de responsabilidad pero incrementará un punto la presión sobre el Ejecutivo, y más en un momento en el que cualquier intervención es examinada con lupa desde Génova. Asimismo, será interesante ver el papel de Ciudadanos, con un Daniel Pérez Calvo que ha tendido la mano al Gobierno para que las propuestas de Ciudadanos se puedan incorporar al presupuesto de reconstrucción que se tendrá que confeccionar para el 2021. La oposición constructiva de Cs es vista con cierto recelo desde el PAR, sumido en una crisis interna que trata de acallar Arturo Aliaga, que como vicepresidente  tratará de situarse en ese papel de moderador del cuatripartito. Por parte de CHA y Podemos, ambos reivindicarán el contrapeso de izquierdas en el Ejecutivo, con las dificultades que eso les está generando ante su militancia y simpatizantes por su posición tibia en situaciones en las que en otra época eran críticos, como la ampliación de Cerler, la política hidráulica  o los grandes eventos. Es precisamente ese espacio crítico de la izquierda el que ocupará de nuevo en el debate el portavoz de IU, Álvaro Sanz. Vox, por su parte, seguirá defendiendo los postulados de su líder nacional, Santiago Abascal, con el discreto y aislado papel que, en las Cortes sí, mantiene desde el primer día.

Será el primer debate de política general en el que todo quedará aparcado ante la situación de  emergencia actual. El Ejecutivo actual apenas ha podido desarrollar la acción que diseñó en su acuerdo de gobernabilidad hace tan solo 15 meses. Aunque parece que hayan pasado años. Porque la pandemia está también afectando incluso a los plazos que marca el reloj. Hace tan solo un año, Aragón estaba en plena campaña para el Congreso de los Diputados. De aquellas elecciones surgió un Ejecutivo que apenas lleva 10 meses en el poder. Una epidemia ha arrasado también con la política. O lo que es peor, la ha condicionado tanto que en España incluso se ha utilizado como arma para hacer con ella política.