Las reservas hoteleras para el Pirineo no despegan para el corto plazo

A falta de la confirmación definitiva sobre los desplazamientos entre las provincias aragonesas (que debería ser permitido el lunes o el martes) los hoteleros y los empresarios turísticos del Pirineo altoaragonés ya celebran la oportunidad que esto supondrá para sus negocios. Aunque siempre con «cautela», palabra que no dejan de citar. Y teniendo en cuenta que ante las reservas que ya van llegando con cuentagotas (y que probablemente aumentarán en los próximos días) tienen que ir acompañadas de la garantía de una cancelación sin costes si se produce el temido rebrote.

La vicepresidenta de Hospedaje de la Asociación Provincial de Hostelería de Huesca, Anabel Costas, considera que la situación actual es tan incierta que hace falta «un curso de gestión del entusiasmo». El panorama parece mejorar, según se van conociendo las nuevas noticias. Sin embargo, no se puede olvidar que solo un 5% de los establecimientos ha estado abierto a lo largo de esta semana y se espera que la cifra no aumente demasiado en los próximos días. «Tenemos que normalizar la situación a pesar de la incertidumbre», manifiesta la también responsable de un hotel en Tramacastilla de Tena.

La apertura de la comunicación entre Teruel, Huesca y Zaragoza permitirá un nuevo flujo de turistas a apartamentos, hoteles y segundas residencias. Sin embargo, que todavía esté vetado el paso desde Francia o desde provincias limítrofes (como Navarra) es un problema que se añade a los mensajes contradictorios sobre las medidas preventivas.

VIAJERO INQUIETO

El capítulo de reservas mejora poco a poco. La tendencia hasta ahora era retrasar al máximo (incluso un año) lo que estuvo apalabrado para las jornadas de confinamiento. Eso hace que a partir de septiembre la situación parezca más o menos controlada. Ahora la mirada está puesta en el corto plazo. «Estamos recibiendo muchas llamadas de gente que se quiere informar, pero no se están cerrando estancias», reconoce el presidente de la asociación Turismo Verde, Francisco Parra, que agrupa a empresarios relacionados con el turismo rural.

En su caso, considera que las perspectivas son «optimistas», a pesar del panorama complicado en el corto plazo. «El viajero está inquieto, pero podemos ofrecer un turismo de naturaleza no masificado», destaca. Y se comprometen a la devolución de los anticipos en el caso de que la situación general se tuerce de nuevo.

«Gota a gota» van llegando las reservas a la comarca del Sobrarbe. La presidenta de los empresarios hoteleros, Paz Agraz, puntualiza que la temporada no se puede dar por perdida, y reclama comportamientos adecuados tanto para los turistas como para los trabajadores del sector. «Tenemos que respetar las recomendaciones y ofrecer todas las garantías» de forma que se garantice una demanda adecuada.

Las empresas de turismo de aventura también están preparando la llegada de nuevos turistas para la semana que empieza. En el entorno de la Galliguera ya han empezado a poner en orden sus instalaciones para organizar algunos cursos. «Nos han empezado a llamar grupos con muchas ganas de aire libre», confirma el portavoz del sector, Gustavo Ortas.

CLAVES 

Las claves de la nueva temporada en la sierra de Guara, según explican los hoteleros, estará en poder convencer de que el destino es seguro y no perder lo logrado con esfuerzo en los últimos años. «Nuestra vocación es prestar estos servicios, pues es lo único que garantiza el futuro de la zona», indica la portavoz de los empresarios, Laura Ventura.

Con el cambio de fase es difícil hablar de cifras o de remontada, sobre todo porque se ha perdido todo el turismo de primavera que llega desde Francia. Sin embargo, en Alquézar ya se están viendo restaurantes abiertos que pueden tirar del sector agroalimentario de cercanía. Así el siguiente paso será que las bodegas y los grandes hoteles puedan poner fin a los ERTE. Más difícil será la recuperación de los pequeños empresarios o autónomos, por lo menos hasta bien entrado el mes de julio.