El consejero de Educación, Enrique Ossorio, ha aclarado que las normas para pasar de curso este año en Madrid serán iguales que las de los anteriores. Se basarán, ha insistido, en lo que dice la legislación regional y nacional sobre el asunto. Esto significa que para la ESO se admitirán un máximo de dos suspensos -y siempre que no sean Lengua y Matemáticas- mientras que para conseguir el título de Bachillerato hará falta no tener ningún suspenso.
De este modo, sale al paso de las interpretaciones que se han hecho de las instrucciones para el tercer trimestre y el final del curso que ayer fueron enviadas a los centros escolares.
La resolución de la consejería de Educación, explican en el entorno del consejero, «respeta el equilibrio entre el premio al esfuerzo que preside la educación madrileña y la necesaria flexibilidad» que aconsejan las circunstancias actuales. Por eso, a la hora de evaluar recomiendan «flexibilidad» a los docentes, que conocen los problemas que ha podido tener cada alumno. Y se pide que la repetición sea «algo excepcional», aunque no por eso dejan de regir las normas vigentes en materia educativa. Se persigue el «equilibrio entre el mantenimiento de la calidad de la educación y la necesaria flexibilidad dentro de unas circunstancias extraordinarias», resume el consejero Enrique Ossorio.
El Gobierno de Madrid no está de acuerdo con el acuerdo estatal sobre este asunto porque no aceptan que se pueda promocionar o conseguir títulos con más suspensos de los que dice la ley. Además, tampoco aceptan que cada comunidad pueda establecer el número de suspensos máximo permitido, sin que haya una coordinación estatal sobre el tema. Creen que la tercera evaluación -la que se ha cursado casi en su totalidad en pleno confinamiento, y sin clases presenciales- debe tener académica, y no sólo diagnóstica.
