Sánchez y Colau escenifican la luna de miel con un acuerdo de 25,8 millones

GRAFCAT1071. BARCELONA, 07/02/2020.- La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau (d) y el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez (i) tras la firma de un acuerdo de colaboración entre el Gobierno de España y el Ayuntamiento de Barcelona en el marco de su visita este viernes a la sede del Ayuntamiento durante su estancia institucional de dos días a Cataluña. EFE/Toni Albir

Pedro Sánchez y Ada Colau han escenificado hoy la nueva luna de miel entre el Gobierno y Ayuntamiento de Barcelona, entre socialistas y comunes, aliados en la operación de distensión con la Generalitat orquestada desde Podemos. Y lo han hecho recuperando el convenio de cocapitalidad cultural y cientifica de Barcelona, dotado con 25,8 millones de euros según su última versión, cerrada en 2010 con el Gobierno Zapatero. Un proyecto largamente reivindicado por el PSC, que supone además un empujón a las aspiraciones de los socialistas catalanes en las próximas elecciones autonómicas.

Las palabras de Pedro Sánchez tras el encuentro de ayer con el presidente de la Generalitat, Quim Torra, «son un punto de inflexión en tono y contenido» ha asegurado la alcaldesa, que ha prometido al presidente del Gobierno: «Vais a tener en Barcelona a la principal aliada para esa nueva etapa de diálogo».

«Además de la agenda Barcelona somos la capital de Cataluña, para nosotros ayer fue un día importante, el inicio de una nueva etapa de dialogo, de relación entre instituciones» ha añadido Colau, más entusiasta con la recuperación del diálogo entre Gobierno y Generalitat que entre el Ejecutivo y la propia alcaldía de Barcelona.

De hecho la alcaldesa ha aceptado la finta de Pedro Sánchez sobre la regulación de los alquileres, auténtico caballo de batalla de los comunes y Podemos. «Estamos dispuestos a actuar en el mercado de vivienda, que alquiler no sea una barrera insorteable para muchos colectivos de Barcelona y otras ciudades» ha asegurado el presidente, prometiendo que «cumpliremos con lo pactado en el acuerdo de gobierno» suscrito con Podemos.

El convenio suscrito por Gobierno y Ayuntamiento acuerda recuperar la bicapitalidad cultural y científica de Barcelona y compromete al ejecutivo a apoyar a Barcelona en su candidatura para acoger el próximo años la convención de universidades de la UNESCO.

Activa además la comisión de colaboración interadministrativa entre Gobierno y Generalitat, un organismo recogido por la Carta Municipal de Barcelona.

«Considerábamos vital reunirnos con la alcaldesa de Barcelona», ha explicado Sánchez. «En el siglo de las ciudades era necesario reactivar instrumentos que pueden parecer burocráticos pero son espacios para compartir reflexiones, demandas y problemas que tiene Barcelona, y para compartir la visión de medio plazo de qué sociedad y qué país queremos».

El presidente ha hecho suyo el lema de Colau, «pasar de hablar de cocapitalidad al coliderazgo», y ha defendido que «España necesita muchos más motores para volar más alto, motores de liderazgo» entre los que ha destacado el papel de Barcelona.

Reivindicación socialista

Pedro Sánchez y Ada Colau han suscrito el acuerdo en el Saló de Cent del Ayuntamiento de Barcelona, que el presidente ha asociado con la figura de Manuel Azaña. Ahí han solemnizando el compromiso del Gobierno con una histórica reivindicación de los socialistas catalanes que Colau ha hecho suya. Una propuesta que Jaume Collboni, número uno del PSC en el consistorio, ya recuperó en 2018 como contraposición al proyecto independentista para la capital catalana.

Existen dos visiones de Barcelona, apuntaba entonces Collboni, en una apuesta en la que también participaban Cs, a través de la concejal Marilén Barceló, y la ex diputada del PP Angels Esteller. La de la capital del independentismo que representa la recuperación del Born, o la de una ciudad abierta y cosmopolita, para la que el PSC reclamaba la bicapitalidad cultural española.

De hecho, se trata de una idea lanzada ya durante el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. Entonces se impulsó un convenio para institucionalizar esta cocapitalidad de Barcelona, que preveía incluir símbolos del Estado en equipamientos culturales catalanes pero no salió adelante «por el inicio del debate independentista», apuntan los socialistas.