Así analizan los partidos el debate electoral del 10-N

Todos los partidos se ven ganadores del debate electoral. En el PSOE, porque creen que Pedro Sánchez ofreció una imagen mejor que en abril y porque consiguió colocar el mensaje de que debe gobernar la lista más votada. En el PP sostienen que Pablo Casado se erigió como la única alternativa al PSOE, mientras que en Ciudadanos que recibieron a Albert Rivera a gritos de «presidente, presidente», mantienen que el que peor parado salió fue Sánchez. Desde Podemos, destacan que Pablo Iglesias consiguió demostrar que a Sánchez solo le interesa pactar con la derecha y en Vox, muy satisfechos con el papel de Santiago Abascal, destacan la imagen de moderación que ofreció su líder.

PSOE: Mejor que en abril

En el PSOE creen que Sánchez salió del debate de ayer en mejor posición que del doble enfrentamiento de abril. «Ha servido para lo esencial, que quede claro que es la única opción de Gobierno», dice un dirigente del partido.

En ese aspecto creen que el mensaje sobre dejar gobernar a la lista más votada «será clave de aquí al domingo y tras las elecciones».

«Estuvimos en el punto justo entre dos bloques», dice un dirigente, que defiende que el consenso respecto al buen debate de Abascal «nos va a beneficiar».

PP: Aglutinar el voto

En el Partido Popular se respira hoy una resaca de satisfacción tras el debate electoral. En Génova creen que se han cumplido sus objetivos, que se visualice que Sánchez no descarta pactar con los independentistas, y que la «única alternativa» posible frente al Gobierno socialista es Pablo Casado. Fuentes populares aseguran que el debate ha servido a Casado para aglutinar más el voto del centro-derecha.

En el equipo del candidato del PP sorprendió sobre todo que Sánchez no tuviera una respuesta preparada a las respuestas de Casado. El líder socialista calló cuando se le preguntó si Cataluña era una nación, volvió a callar cuando se le inquirió si pactará con los independentistas y enmudeció por tercera vez cuando Casado sacó a relucir el «hachazo social» que Sánchez apoyó, con Zapatero en el Gobierno.

Fuentes populares reconocen que Casado estuvo ayer «sustancialmente mejor» que en los debates de abril, con un tono sereno, «presidencialista», pero «a la vez contundente al hablar de Cataluña». Además, no eludió el cuerpo a cuerpo con Rivera o Abascal cuando lo atacaron.

En el PP creen que Pablo Iglesias hizo un buen debate y «robó» votos a Sánchez. Respecto a Santiago Abascal, consideran que estuvo «más moderado» de lo que podía esperar su gente, pero los populares creen que Casado le plantó cara «y demostró que puede hacer un debate ideológico, y no solo ser un aburrido tecnócrata». El equipo de Casado reconoce, además, que no se esperaba el ataque de Rivera sobre la corrupción. «Ha quedado completamente fuera de foco».

Cs: Gritos de «presidente»

Terminado el debate, empezó el reggaeton en la sede nacional de Ciudadanos. Cerca de un centenar de simpatizantes aguantaron hasta el final y recibieron a Albert Rivera a más de la una y media de la madrugada.

La sensación era de victoria, a pesar de que los analistas dieron a Rivera como el derrotado. No lo ven así en Cs, donde sostienen que fue Sánchez quien salió peor parado. «El bipartidismo ha demostrado por qué no le gustan los debates», clamó Rivera ante unos seguidores que le interrumpían con gritos de «presidente» y de «sí se puede».

En el partido, aunque ven triunfador a Rivera, sostienen que lo importante no es ganar la cita «académicamente», sino que los mensajes en «prime time» se conviertan en votos. El 10-N dirá si los ataques al bipartidismo y a Abascal sirvieron a Rivera para capitalizar indecisos y abstencionistas. Su gran objetivo para derrotar a las encuestas.

Podemos: «Sánchez busca a la derecha»

Fuentes del entorno de Pablo Iglesias explican que ayer el líder de Podemos volvió a «tender la mano a Sánchez» para formar un Gobierno progresista y que sin embargo fue éste quien lo rechazo. A pesar de que el secretario general de Podemos intentó ayer un cara a cara con Sánchez no lo consiguió por el desinterés de Sánchez, que evitó en muchas ocasiones hasta el contacto visual con el líder morado. «Sánchez se ha dedicado a reprochar a la derecha que no se abstenga para hacerle presidente», lamentan desde Podemos. Además, subrayan que el candidato socialista siga sin aclarar con quien va a pactar.

El secretario de Acción de Gobierno, Pablo Echenique, ha subrayado en Twitter que «está claro» que el PSOE buscará un acuerdo de investidura con PP después del 10-N. «El endurecimiento de la ley en Cataluña (la excusa) y Calviño de vicepresidenta para garantizar que la próxima crisis la pagan los de abajo y se blindan los privilegios de los de arriba (el plan)», ha señalado Echenique.

Las mismas fuentes del partido han insistido en que mientras el resto de candidatos estaban «preocupados en hablar de Cataluña», solo Iglesias «ha dicho claro qué pacto pretende impulsar» y «qué medidas concretas».

Vox: Rivera, «desdibujado»

Los dirigentes de Vox han salido muy satisfechos de la participación de su presidente, Santiago Abascal, del debate. A su juicio, el líder de esta formación política ofreció una imagen de moderación en las formas, aunque contundente en el mensaje, y pudo explicar sus propuestas, sin «manipulaciones e interferencias», que es lo que «más nos interesa» que se nos vea, sin que la percepción sea «lo que otros dicen de nosotros».

Vox cree que el debate puede ser un revulsivo para la recta final de la campaña, frente a otros dirigentes como Rivera, del que afirman que quedó muy desdibujado en el debate, y están muy satisfechos de la percepción que están recogiendo en la calle, donde piensan que la imagen de Abascal ha salido muy reforzada.

No dan importancia al ninguneo al que le sometió Pedro Sánchez hasta que Abascal entró en el cuerpo a cuerpo a raíz del tema de la exhumación de Franco, ya que piensa que les beneficia.