Pasó el Real Madrid por todas las fases posibles frente al Granada y nadie puede decir que no es emocionante o divertido ir al Bernabéu: fue un equipo lúdico, feliz y con gol durante la primera parte y culminó ese tramo con un golazo de Modric ya en la segunda mitad. Pero volvió otra vez a sentirse vulnerable entonces, regalando el primer tanto en contra, recibiendo el segundo y viéndose, temiéndose, otra vez la vida en el alambre.
El Granada, que estaba perdido en la primera mitad, se encontró al filo de lo posible, cerca del empate. Esas cosas que le pasan a este Real Madrid. Sin embargo, reaccionó. Zidane tiró de centrocampistas y el equipo en vez de echarse atrás, cogió la pelota y fue a por el rival. James hizo el cuarto y el Real Madrid llega al parón de selecciones líder y con la sensación de que están empezando a dar resultados algunas cosas. Y que si evita los despistes o la desconcentración, le puede ir bien.
El Granada llegaba al Bernabéu entusiasmado por su papel revelación en la Liga y el Madrid tenía las dudas que le provocó la primera parte contra el Brujas, pero pase de Bale, con el exterior del pie a Benzema disipó de un plumazo los problemas y puso la vida de cara para los de Zidane. El asunto era que no se la torciese después, pero es que parece que eso no puede evitarlo el Real Madrid. En la portería Areola, titular, no mejoró el papel de Courtois. No apareció en la primera parte, pero tuvo despistes graves en la segunda, cuando el rival se acercó y con su penalti le abrió el camino. Antes de esa jugada Areola había sido un espectador más de un Real Madrid aplicado y con llegada gobernado por el más inesperado: Valverde. Puede que Zidane haya encontrado el centrocampista que necesitaba. Cuando insistió tanto con Pogba fue porque quería un futbolista con mucho recorrido, pero también con llegada. Valverde le está dando eso. Contra el Granada hizo su mejor encuentro desde que es madridista. Estuvo en todos lados, dando peso al centro del campo del Real Madrid, pero también descolgándose en el área para llegar a la portería. Su presencia, su capacidad para presionar fue fundamental para que naciera el segundo tanto, que marcó Hazard.
El belga sonrió después de la vaselina, como en paz, como si hubiera llegado al sitio que quería llegar y a partir de ahora, crezca. Todavía no le sale todo lo que quiere, pero lo intenta mucho más y cada vez abandona más la banda para participar por el centro y tener más presencia.Disfrutó el Real Madrid durante la primera mitad, empujados por Valverde, pero también por Carvajal, al que no le molestó el cambio de banda. Sin laterales izquierdos, Zidane puso a Odriozola en la banda derecha y al canterano en el otro lado. Carvajal fue un avión indetectable para el equipo andaluz. Entre él y el papel de Bale, el Madrid no dio opción en la primera parte al rival. Sonaba bien ese Madrid, que puede que haya encontrado su molde, con Valverde junto a Kroos y Casemiro. Quizá ahora el que tenga que rotar sea Modric. Si jugó fue porque el alemán se rompió antes del descanso.
Pero más relegado parece James, que sólo jugó en los últimos minutos para pedir sitio con su gol. Antes se puso agresivo el conjunto andaluz, endureció el choque para demostrar que seguía y después aprovechó el error del guardameta blanco para meterse en el choque y que el Real Madrid descubriera que aún tiene el miedo pegado a la piel. Hizo otro el Granada, pero justó ahí reacciónó el equipo de Zidane. El francés sacó a James y a Isco para tener más la pelota y el equipo no se amilanó. T