El laberinto fiscal del 28-A: de la subida de impuestos de PSOE y Podemos a la rebaja masiva de PP y Vox

Las propuestas fiscales con las que los principales partidos se presentan a las elecciones general del 28 de abril son una magnífica representación de lo que, al menos desde un punto de vista teórico, han defendido históricamente la izquierda y la derecha: más ingresos elevando la presión frente a la rebaja de impuestos para alentar la actividad económica.

Esto no ha sido, ni mucho menos, siempre así en España. Buena muestra de ello es la fuerte subida de impuestos que el Gobierno conservador de Mariano Rajoy decretó nada más llegar al poder en 2011, decisión que muchos economistas siguen criticando todavía hoy. Uno de ellos es Daniel Lacalle, que en estos comicios es el responsable económico del PP y, por lo tanto, responsable directos de la «revolución fiscal» que Pablo Casado quiere llevar a cabo en sus 100 primeros días de gestión.

Partido Popular

En concreto, el líder del Partido Popular afirma que reducirá la presión fiscal en 16.000 millones, lo que para el contribuyente medio, explicaba la pasada semana Lacalle a este periódico, será una rebaja de 705 euros al año. Además, el programa electoral del PP recoge: la rebaja del Impuesto de Sociedades, «situando el tipo máximo por debajo del 20%»; una reducción de Patrimonio; y eliminar Sucesiones y Donaciones «para las transmisiones entre padres e hijos, así como entre cónyuges».

Sus grandes apuestas

705 euros: es la rebaja media por contribuyente que propone el partido de Pablo Casado.

Sociedades: quiere rebajar el tipo medio de este impuesto, además de eliminar Sucesiones y Donaciones.

Los populares prometen también que, en aquellas comunidades en las que gobiernan, «no se crearán nuevas figuras tributarias», y se comprometen a «eliminar las tasas que graban específicamente al turismo». Todas estás políticas, sostiene el documento del PP, están guiadas «por el criterio de que el dinero, donde mejor está es en el bolsillo de los ciudadanos». «Sostener el Estado de Bienestar no exige gastar más sino gastar mejor. La voracidad recaudatoria de los gobiernos de izquierda desincentiva la inversión y el empleo», expone.

PSOE

Difícilmente podría ser más diferente y contraria la política fiscal de Pedro Sánchez. Impuestos más altos, nuevas figuras y aumento progresivo de la presión fiscal a lo largo de los años. Los fallidos Presupuestos Generales del Estado (PGE) de 2019 ya recogían las denominadas tasas Google y Tobin, así como un incremento del IRPF a las rentas más altas, un endurecimiento de Sociedades y el impuesto al diésel, actuaciones todas ellas que están incluidas en el programa electoral del PSOE.

Pero el documento socialista va más allá de las propuestas presupuestarias ya que propone converger «paulatinamente hacia el promedio de recaudación de la Unión Europea». Esto supondría elevar la recaudación desde el actual 34% del PIB al 40% en el que está la media de la zona euro, lo que se traduce en un aumento de los ingresos tributarios de más de 60.000 millones.

Aumentar ingresos

Subida récord: propone igualar los ingresos tributarios con la media de Europa, lo que obligaría a un incremento de 60.000 millones.

Más impuestos: creará las tasas ‘Google’ y ‘Tobin’ y subirá el diésel.

Todas estas medidas, afirma el PSOE, se lograrían «incrementando la aportación de las grandes empresas, y de los contribuyentes de ingresos más altos y con mayores patrimonios». Sin embargo, las experiencia demuestra que si a una empresa o entidad bancaria se le impone un nuevo impuesto, lo acabará repercutiendo sobre el usuario o ahorrador. Y, además, actuaciones como el impuesto al diésel o a las transacciones financieras afectan de manera directa sobre la clase media.

Podemos

Sus propuestas son muy similares a las del PSOE y, de hecho, muchas de las que Sánchez plasmó en sus cuentas fueron el resultado de la negociación con Pablo Iglesias. «Para que la ciudadanía perciba como propias las políticas públicas desarrolladas por el Estado y les conceda plena legitimidad, es imprescindible que se cumpla un principio básico de justicia: que contribuya más quien más tiene», explica Podemos en su programa electoral.

Más lo que más tienen

Rentas y empresas: la política fiscal de Podemos se basa en que las rentas y las grandes empresas deben pagar más.

Medidas de control: apuesta por derogar las normas que «institucionalizaron la austeridad».

Con este objetivo, además de la creación de los impuestos a la banca y a las grandes fortunas que comparte, esta formación también quiere «eliminar los privilegios fiscales de las grandes corporaciones en el impuesto sobre sociedades», modificar sustancialmente el IVA que incluye la rebaja para alimentos y suministros básicos, y «derogar las normas que han institucionalizado la austeridad». Este último punto, en el que una vez más coincide con el PSOE, pasaría por la modificación o eliminación de la regla de gasto. Ante esta posibilidad, la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) advertía hace dos semanas de que esta norma es vital para el control presupuestario.

Ciudadanos

El partido de Albert Rivera rechaza el incremento de impuestos que apoyan PSOE y Podemos, pero no llega a la reducción radical que defiende PP y que ha restado visibilidad a sus anuncios fiscales de Ciudadanos. Entre sus propuestas destacan los beneficios que concederá para «convertir España en el mejor país del mundo para las familias». «Casi 6 millones de familias tendrán derecho a una deducción fiscal en el IRPF que podrán cobrar anticipadamente desde el principio del año en cuotas mensuales», apunta el programa electoral de este partido.

Familias y rebaja moderada

Familias: uno de los pilares básicos de su plan fiscal es el de ofrecer más beneficios fiscales a las familias.

Responsbilidad: Ante las rebajas masivas de impuestos, Ciudadanos apuesta por reducciones moderadas.

Asimismo, afirma que «nadie tendrá que renunciar nunca más a una herencia por no poder pagar el Impuesto de Sucesiones y Donaciones», y reformará «el Impuesto de Sociedades para cerrar agujeros y eliminar trampas que facilitan la «ingeniería fiscal». «La mejor bajada de impuestos es la que puede llevarse a cabo. En Cs hemos demostrado que se pueden bajar impuestos siendo responsables», defiende.

Vox

Compite con el PP en por ser el partido que defiende una mayor rebaja fiscal, pero en lo que nadie le iguala es en el extenso documento que dedica únicamente al apartado fiscal. 52 páginas en las que propone reducir el IVA y el IRPF, reflexiona sobre lo más adecuado para los impuestos sobre el tabaco o el alcohol, y defiende la eliminación de Sucesiones, Donaciones y Patrimonio.

Reducción radical

IRPF e IVA: propone reducir ambas figuras, además de eliminar los impuestos de Sucesiones, Donaciones y Patrimonio.

Efecto Laffer: el partido de Abascal asienta su programa fiscal sobre este principio.

En el programa de Vox, que ha sido muy aplaudido desde el ámbito ámbito liberal, tiene una relevancia capital el denominado efecto Laffer, que sostiene que una bajada de impuestos provoca realmente un aumento de recaudación por la reacción positiva de consumidores y empresas. Sin embargo, esta teoría es muy criticada por un grupo importante de economistas, que sostienen que nunca ha sido demostrada y menos en España, a lo que se suman las criticas que, especialmente Ciudadanos, ha realizado ante la posibilidad de que la formación apueste por obligar a los mileuristas a pagar el IRPF.