La Junta Electoral Central da otras 24 horas a Torra para retirar los lazos y «esteladas»

El desafío de Quim Torra a la Junta Electoral Central (JEC) de momento se ha saldado con una semana más de propaganda independentista en los edificios públicos catalanes. El presidente de la Generalitat se negó a atender a la resolución que le obligaba a retirar los lazos amarillos y las «esteladas» de los centros dependientes del Ejecutivo autonómico, y ahora la JEC le concede otras 24 horas para cumplir con su deber.

Eso sí, la JEC es clara en el caso de que el líder secesionista impida que la neutralidad gobierne en periodo electoral y advierte directamente a Torra de que en caso de no atender este nuevo requerimiento puede incurrir en responsabilidades «administrativas y, en su caso, penales» por un presunto delito de desobediencia a los acuerdos de la JEC.

El presidente catalán presentó un recurso para ganar tiempo y para evitar la retirada de esta simbología partidista, alegando, entre otras cosas, que la «estelada» es un «símbolo que representa un anhelo de libertad y una reivindicación democrática, legítima, legal y no violenta».

La JEC recuerda en su escrito lo evidente, que no es otra cosa que las «esteladas» y los lazos amarillos representan únicamente a una parte de la sociedad catalana, y no a toda ella como trata de vender el independentismo. El órgano superior de la Administración Electoral asevera que estos símbolos son «legítimos» en la propaganda electoral, pero no en las instituciones ni en los poderes públicos, que según lo establecido en el artículo 50.2 de la LOREG «deben mantener una rigurosa neutralidad política».

«El principio democrático no puede desvincularse de la primacía incondicional de la Constitución», subraya la JEC, que en referencia a los lazos amarillos sostiene que el hecho de que la mayoría independentista del Parlamento regional rechazase prohibir su ubicación en espacios públicos no puede «alzarse frente al referido mandato legal».

En 24 horas, una semana después del primer aviso, Torra debe limpiar de «esteladas» y lazos amarillos todos los edificios dependientes del Gobierno autonómico, o la JEC podría ir un paso más allá.