Pablo Casado: «Hay que poner en pie a esa España que quieren arrodillar los separatistas»

El Partido Popular está volcado en la organización de la concentración de mañana, domingo, en la Plaza de Colón de Madrid, para decir «basta» a los pactos de Pedro Sánchez con los independentistas catalanes. Pablo Casado tuvo claro desde el primer momento que el PP no podía ir solo a esa concentración, y contactó de forma inmediata con los líderes de otros partidos constitucionalistas, para que la protesta estuviera por encima de colores políticos. «Es una emergencia nacional. La España que conocemos puede dejar de existir», avisa.

—¿Qué espera de la concentración de mañana en Colón?

—A esa España que los independentistas quieren arrodillar hay que ponerla en pie, hay que sacarla a la calle, y esa España de los balcones tiene que salir a las plazas para luego ir a las urnas. La concentración que hemos tenido que convocar era el último recurso que nos quedaba. Hemos intentado hacer oposición legítima en el Parlamento, el presidente Sánchez lleva dos meses sin aparecer por ahí, hemos presentado ocho medidas de fortalecimiento institucional, y todo lo ha rechazado el Partido Socialista. Además de esta concentración, lo que hay que hacer es empezar a preparar las elecciones del 26 de mayo, municipales, autonómicas y europeas, para que sean una moción de censura a Pedro Sánchez, y tenga que convocar elecciones generales de inmediato.

—El Gobierno anunció ayer que ha fracasado el diálogo con los separatistas. ¿Cómo lo interpreta, cambia algo la convocatoria de mañana?

—No han roto el diálogo, lo que unido a los antecedentes de mentiras de este Gobierno, significa que tan pronto como se vacíe la Plaza de Colón, volverán a sentarse a la mesa de la vergüenza, para tratar de resistir en el poder. Ahora hay más motivos para salir a la calle a pedir elecciones inmediatas. España no merece un Gobierno que mienta, decía el mismo que luego definió como Gobierno Frankenstein al de Sánchez. Pero esta semana ya no es más que un Gobierno zombi que camina solo por el sustento de los enemigos de España.

—¿Está preparando el ambiente para presentar una moción de censura en el Congreso?

—La moción de censura no puede ser un brindis al sol como la que hizo Podemos, por ejemplo. Si vamos a la moción de censura tiene que ser para ganarla. Ahora mismo tenemos la certeza de que nunca contaríamos con los votos ni de Nueva Canarias ni del PNV. Y además Ciudadanos ya ha dicho que tampoco lo apoyaría. Por tanto, siendo realistas vemos que hay un riesgo, que Pedro Sánchez utilice una posible derrota a la moción de censura para blindarse un año más, incluso sin tener los Presupuestos. La alternativa que nosotros estamos buscando es que haya una moción de censura en las urnas, en la votación del 26 de mayo.

—¿Teme que la izquierda utilice la manifestación para acusar a la derecha de radicalizarse?

—La serenidad es siempre cumplir la ley. Al final los radicales son aquellos que se ponen al lado de quienes quieren romper España. Por eso Zapatero era un radical y un ultra, porque en 2008 cedió al chantaje y pactó con ETA. Y por eso ahora mismo Pedro Sánchez es un ultra, porque pacta con Torra, que es un supremacista, y está en manos de lo que dice Puigdemont, que es un delincuente prófugo huido de la justicia, o porque se presta a lo que le pide Batasuna, para acercar presos o para dar competencias al Gobierno del PNV.

¿Tienen ustedes información de que los 21 puntos que planteó Torra están siendo considerados por Sánchez o que esté dispuesto a ceder?

—Vemos la secuencia de todo lo que han hecho a favor del secesionismo y ahora llegamos ya a la constatación de que el propio Gobierno de España está yendo contra España, el propio presidente del Gobierno que jura la Constitución está yendo contra la Constitución. Si yo como líder de la oposición no soy capaz de frenar la connivencia del Gobierno en un golpe al Estado, mejor me dedico a otra cosa. Quiero ir a lo grave, y lo grave es que en España mandan los que quieren romper nuestro país, y si nosotros no hacemos nada, y no cumplen su palabra para convocar las urnas, solo nos queda ir a la calle, a reclamar nuestros derechos y sobre todo a defender la soberanía nacional, que está puesta en riesgo.

—Usted ha acusado a Sánchez de «alta traición» a España. La Constitución prevé que se plantee esa acusación en el Congreso.

—Por ahora, vamos paso a paso. Ahora lo que tenemos que hacer es visualizar una movilización ciudadana suficiente como para que el Gobierno recapacite y pueda rectificar, o para que el PSOE actúe. Yo creo que la traición que Pedro Sánchez está haciendo a España lo es también en primer término al Partido Socialista. Porque antes de romper España va a romper el Partido Socialista. Ahora, yo apelo a ese socialismo fundamental en la historia democrática de España, a ese Partido Socialista, que con las discrepancias que podamos tener siempre ha tenido claro que defiende una España constitucional, unida y además al servicio de la legalidad y no al servicio del independentismo. Escuchar a Guerra o a Felipe González o a muchos diputados actuales del Partido Socialista, que por miedo a represalias no están hablando en público pero que te cuentan por los pasillos lo mal que lo están pasando, a mí me da una esperanza, porque pienso que en España el PSOE todavía puede ser un partido que reme a favor de la constitucionalidad, porque Sánchez ya no va a hacerlo.

—¿Ve posible el acercamiento a ese PSOE que discrepa con Sánchez?

— Claro que yo tendería la mano a ese Partido Socialista. Soy muy respetuoso con las dinámicas internas de los partidos, pero sí creo que el PSOE tiene una responsabilidad histórica para volver a coser esto. Ojalá seamos capaces de entendernos.

«El PSOE tiene la responsabilidad histórica de coser el pacto constituyente»

—¿Cómo han sido las conversaciones con los partidos que participan en la concentración?

—Tuve muy claro nada más registrar la petición en la Delegación del Gobierno para solicitar la Plaza de Colón que no podíamos ir solos. Tenía que ser una concentración abierta a todos los españoles. Nos pusimos en contacto inmediatamente Albert Rivera y yo, luego lo hice muy rápidamente también con Santiago Abascal, y hablé con otros cinco partidos constitucionalistas, UPN, Foro, PAR, CC y UPyD, para ir todos juntos.

—¿Cómo es el papel de mediación del PP con Ciudadanos y Vox, dos partidos aliados que no se hablan entre ellos?

—Yo tengo una relación buena con los dos partidos y con sus dos líderes. Lo que ha demostrado el PP es que está en el centro de la ideología política y en el centro del espacio de partidos. Somos los únicos que podemos hablar a izquierda y derecha, y los únicos que a pesar de lamentar que nuestro espacio electoral se haya fragmentado en tres podemos poner de acuerdo a esos partidos que no son capaces de hablar entre ellos. Es muy importante ante las próximas elecciones que se diferencie primero el balance de gestión de cada partido y qué capacidad para liderar la sociedad española tiene cada uno. Y sobre posibles pactos, Ciudadanos hasta esta semana abría la puerta a pactar con el Partido Socialista. Debería explicarlo, porque es una irresponsabilidad. Ciudadanos tiene una ocasión histórica, que es convertirse en un partido moderado de centro izquierda, que es para lo que fue fundado. Es imprescindible que alguien represente a esos votantes de izquierda que no creen en la rendición socialista al desafío independentista y que creen que tenemos que seguir construyendo una España dentro de las normas que nos hemos dado. En relación con Vox, lo mediremos por su labor institucional y veremos si es un partido que es útil a la sociedad.

—Ciudadanos aprovechó que usted planteara derogar la ley del aborto para situarlo en la radicalidad. ¿Estos choquen dificultan futuros pactos?

—Son discrepancias saludables. A mí me une con Ciudadanos que defendemos la Constitución y la unidad de España, que no es poco. Y luego en política fiscal, me considera más liberal, en política territorial me considero más conservador que ellos, y en política de familia me considero más demócrata cristiano que ellos, sí. Son discrepancias que motivan que seamos dos partidos distintos, pero con la que está cayendo en España nos une ahora lo esencial: el respeto a la Constitución y la unidad de España. Con Ciudadanos ha sido fácil ponernos de acuerdo cuando hemos tenido que hacerlo, para una investidura o legislatura. porque hay un mínimo común denominador.

—¿Qué espera del juicio del «procés»? ¿Se teme lo peor, que el Gobierno haya pactado indultos?

—No lo temo, estoy convencido de que el Gobierno ha pactado los indultos. Está bastante claro. Yo creo que la clave de bóveda es el juicio. Todo lo que está pasando ahora no es por los Presupuestos, es por el juicio. Ahí no cabe equidistancia: o estás con el Estado de Derecho o estás con los delincuentes sentados en el banquillo. ¿Dónde está la ministra de Justicia cuando están llenando de estiércol la puerta de los juzgados, cuando están escracheando a jueces en restaurantes y disparando pintura amarilla en sus portales, dónde está?

—¿Qué argumento daría al ciudadanos que duda si acudir a Colón?

—Le diría: si no vas, él se queda. Estamos en una emergencia nacional.No es una concentración de partidos, sino de una España democrática, constitucional, libre, que ha dicho basta. Si no sales a la calle y vuelves a sacar tu bandera, si no vuelves a sentir la necesidad patriótica de defender fuera de siglas y partidos la patria que te ha permitido todos los derechos y libertades, si no lo defiendes en la última instancia que nos dejan, una vez que el Parlamento no es escuchado, al final ellos se quedarán.

«Me duele España porque está hecha un desastre»

«Tenga o no Presupuestos, Sánchez está deslegitimado»

—¿Teme que los independentistas usen la concentración como argumento para aprobar los Presupuestos a Sánchez?

—Es que me da igual lo que hagan los independentistas. Creo que el gran fracaso de la democracia en España ha sido intentar integrar a los que nos quieren desintegrar. Creo que nos hemos pasado de frenada. Lo que tenemos que hacer es fortalecernos para evitar que destruyan España. La apelación que yo hago es de urgencia: si esto se consolida, la España que conocemos deja de existir en otra legislatura. Tendríamos otra cosa. Tenga o no Presupuestos, para mí Pedro Sánchez está deslegitimado para seguir en la Presidencia del Gobierno, no por una moción de censura, porque cualquier presidente que va contra la ley y la Constitución pierde su legitimidad.

—¿Cómo prevé los próximos meses si Sánchez no consigue aprobarlos?

—Va a ser una auténtica travesía por el desierto para el Partido Socialista. El problema es que lo va a ser también para los españoles. A mí me duele España, en términos de Unamuno, porque España está hecha un desastre, en la economía, en la división social, en el prestigio internacional, en la sostenibilidad de los servicios públicos… En apenas ocho meses la degradación ha sido absoluta. Estos meses son una tremenda oportunidad, para que el 26 de mayo sea el punto de inflexión clave. Tenemos cien días para preparar estas elecciones como si fueran un plebiscito contra la política de Sánchez, y a partir de ahí intentar que a la vuelta del verano haya elecciones.