El Gobierno frena las negociaciones con la Generalitat de Cataluña

Cambio en el discurso del Gobierno respecto a sus contactos con la Generalitat de Cataluña. No hay acuerdo sobre cómo aterrizar los espacios en los que el Ejecutivo quería negociar con los independentistas. «El trazado que hemos hecho no es aceptado por los partidos independentistas», ha lamentado en rueda de prensa la vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, que ha sustituido hoy a la portavoz Isabel Celaá en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros.

Tras una semana caótica en torno a la configuración de la mesa de partidos y la figura del relator, Moncloa ha decidido presente la que se entiende como su propuesta definitiva. «Lo hemos intentado hasta ese documento», ha asegurado Calvo.

Y es que según Carmen Calvo comenzaba a hablar el personal de Moncloa entregaba un documento que el Gobierno defiende como su propuesta y en el que plantea sus posiciones para establecer «los objetivos del diálogo».

El planteamiento del Gobierno es el de los dos espacios conocidos. Primero el espacio «institucional», que es la Comisión Bilateral Estado-Generalitat. Y el otro es la mesa de partidos, en la que se han encallado las conversaciones.

La propuesta del Gobierno es que la mesa de partidos la conformarían grupos con representación en Cataluña (dos por partido) pero especificando que deben tener «capacidad de decisión en los dos ámbitos territoriales (estatal y catalán)». Y también menciona, aunque sin llamarlo relator, que «al frente de esta mesa de partidos se propondrá de común acuerdo una persona que será quien facilite la coordinación de los trabajos, de las convocatorias y fije el orden del día».

Pero Calvo, que ha insistido en que el Gobierno «nunca» aceptará el marco de una negociación sobre el derecho de autodeterminación, ha dado por hecho que las conversaciones se han enquistado. «Ustedes son testigos de que lo hemos intentado. Pero no tiene sentido que la sociedad no tenga las claves claras de lo que pretende este Gobierno. Durante años se pidió diálogo. Lo hemos hecho. Si esto no es suficiente hay que parar. Este documento es el destino final. Los independentistas tendrán que explicar por qué rechazan una oferta de diálogo bastante razonable».

Sin querer aceptar que la no aprobación de los Presupuestos pueda ser definitiva, la número dos del Gobierno sí reconoció que «sin los Presupuestos, el tiempo de la legislatura se acorta». El Gobierno cambia el paso y al subir el tono arriesga la aprobación de las cuentas, pretendiendo sacar rédito de la victimización: «Será muy difícil explicarle a los españoles que en esta situación no se apoyan los presupuestos que están para mejorar la vida a la gente. Alguien tendrá que explicar por qué no quieren que se pueda seguir haciendo esfuerzos de mejora. El Gobierno pedirá el apoyo a todos. Los independentistas tendrán que explicar a Cataluña por qué anteponen otras cosas a los problemas de los catalanes».