III. La Alianza en el Sinaí I

1. LA ALIANZA Y EL DECÁLOGO

Llegada al Sinaí

Al tercer mes de la salida del país de Egipto, ese mismo día, los israelitas llegaron al desierto de Sinaí. Partieron de Refidín, llegaron al desierto de Sinaí y acamparon en el desierto. Israel acampó allí, frente al monte.

Moisés subió al monte de Dios y Yahvé lo llamó desde el monte, y le dijo:”Habla así a la casa de Jacob y anuncia esto a los hijos de Israel: Vosotros habéis visto lo que he hecho con los egipcios, y como os he llevado sobre alas de águila y os he traído a mi. Ahora, pues, si de veras me obedecéis y guardáis mi alianza, seréis mi propiedad personal entre todos los pueblos porque mía es toda la tierra; seréis para mi un reino de sacerdotes y una nación santa. Estas son las palabras que has de decir a los israelitas.” Moisés fue y convocó a los ancianos del pueblo y les expuso todas estas palabras que Yahvé le había mandado. Todo el pueblo a una respondió: “Haremos todo cuanto ha dicho Yahvé.” Moisés transmitió a Yahvé las palabras del pueblo.

Preparación de la Alianza.

Yahvé dijo a Moisés: “ Yo me acercaré a ti en una densa nube para que al pueblo me oiga hablar contigo, y así te crea para siempre.” Y moisés refirió a Yahvé las palabras del pueblo.

Yahvé dijo a Moisés: “Ve al pueblo y que se purifiquen hoy y mañana; que laven sus vestidos y estén preparados para el tercer día; porque el tercer día descenderá Yahvé sobre el monte Sinaí a la vista de todo el pueblo. Señala un límite alrededor del monte, y di: Guardaos de subir al monte o de tocar su falda. Quién toque el monte morirá. Nadie pondrá la mano sobre el culpable; será apedreado o asaeteado, sea hombre o animal no quedará con vida. Sólo cuando suene el cuerno podrán subir al monte.”

Moisés bajó del monte, adonde estaba el pueblo, lo purificó y ellos lavaron sus vestidos. Y dijo al pueblo: “Estad preparados para el tercer día; no os acerquéis a vuestra mujer.

La teofanía.

El tercer día, al rayar el alba, hubo truenos y relámpagos y una densa nube sobre el monte y un fuerte sonido de trompeta. Todo el pueblo, en el campamento, se echó a temblar. Moisés hizo salir al pueblo del campamento, al encuentro de Dios, y se detuvieron al pie del monte. Todo el monte Sinaí humeaba, porque Yahvé había descendido sobre él en el fuego. Subía el humo como el de un horno, y todo el monte retemblaba con violencia. El sonar de la trompeta se hacía cada vez más fuerte; Moisés hablaba y Dios le respondía con el trueno. Yahvé bajó al monte Sinaí, a la cumbre del monte, y llamó a Moisés a la cima del monte, y Moisés subió.

Yahvé dijo a Moisés: “Baja y advierte al pueblo que no traspase los límites para ver a Yahvé, porque morirían muchos de ellos. Los sacerdotes que se acerquen a Yahvé deben purificarse también, para que Yahvé no irrumpa contra ellos.” Moisés respondió a Yahvé: “El pueblo no podrá subir al monte Sinaí, porque nos has advertido, diciendo: Señala un límite alrededor del monte y decláralo sagrado.” Yahvé le dijo: “Anda, baja, y luego subes con Aarón; pero los sacerdotes y el pueblo no traspasarán las lindes para subir hacia Yahvé, a fin de que él no irrumpa contra ellos.” Bajó, pues, Moisés adonde estaba el pueblo y les dijo…