Bolsonaro en la ceremonia de investidura: “Los intereses brasileños estarán en primer lugar”

Un esquema de seguridad sin precedentes: más de 12.000 policías y militares revisando a cientos de miles de simpatizantes, el espacio aéreo de Brasilia cerrado por completo y tiradores de élite en los puntos estratégicos de la ciudad. Todo ha sido revisado al detalle para garantizar el éxito de la ceremonia en que el líder populista Jair Bolsonaro se ha convertido en el presidente de todos los brasileños.

Los actos comenzaron cuando el presidente electo y su esposa, Michele Bolsonaro, se reunieron en la catedral metropolitana de Brasilia con el futuro vicepresidente, el general Antônio Hamilton Mourão y con su esposa, Paula Mourão.

Desde ahí el desfile presidencial les ha llevado por el eje monumental de Brasilia, donde se han congregado decenas de miles de personas, hasta el Congreso Nacional. Bolsonaro, recibido por el presidente de la Cámara de Diputados, Rodrigo Maia, y por el presidente del Senado, Eunício Oliveira, ha jurado el cargo de presidente y ha pronunciado un discurso ante los parlamentarios.

Bolsonaro aseguró en su discurso que liberará al país de las «amarras ideológicas». Su Gobierno representará una «oportunidad única de «combatir la ideología de género» y otros trazos que, en su opinión, imprimieron en la sociedad y la política los anteriores Gobiernos de los progresistas Luiz Inácio Lula da Silva y Dilma Rousseff, informa Efe.

«Vamos a unir al pueblo, a darle valor a las familias, a respetar las religiones y las tradiciones judeo-cristianas», aseguró en un discurso de escasos diez minutos el nuevo presidente de Brasil, un capitán de la reserva del Ejército que se comprometió también a promover los «valores» más conservadores de la sociedad.

Prometió poner fin a «prácticas nefastas» que condujeron a Brasil a la mayor crisis ética y moral de su historia: «Esa irresponsabilidad nos condujo a la mayor crisis ética, moral y política de nuestra historia«, afirmó el nuevo jefe de Estado de Brasil

«Convoco a cada uno de los congresistas a ayudar en la tarea de liberar definitivamente al país del yugo de la corrupción, de la violencia, de la sumisión ideológica«, declaró. «Brasil por encima de todo. Dios encima de todos», finalizó.

El presidente estadounidense, Donald Trump, felicitó a Bolsonaro por su «estupendo discurso inaugural. Estados Unidos está contigo», dijo a través de su cuenta de Twitter. Bolsonaro le ha contestado por el mismo medio que «¡Juntos, bajo la protección de Dios, traeremos prosperidad y progreso a nuestros pueblos!».

Al salir del Congreso Nacional, recibió honores militares y continuó hacia el cercano Palacio del Planalto, la sede del Gobierno, donde el presidente saliente Michel Temer le entregó la banda presidencial. Era el momento más esperado. Allí pronunció otro discurso (tradicionalmente más breve que el dedicado al poder legislativo), saludó a las delegaciones de otros países presentes en la ceremonia y nombró a sus ministros: el juez que comandó la Operación Lava Jato y que condenó al ex presidente Lula, Sergio Moro, será el ministro de Justicia y Seguridad.

En este segundo discurso afirmó que Brasil comienza a «liberarse del socialismo, de la inversión de valores y de lo políticamente correcto». Bolsonaro se pronunció en esos términos frente a un multitud que le aclamaba a las puertas del Palacio presidencial de Planalto.

Según Bolsonaro, las elecciones de octubre pasado «le dieron voz a quien no era oído» y le pusieron «al frente de la Nación» para servir a la «Patria», a «Dios» y a todo el pueblo brasileño.

Los actos de la jornada finalizan con una recepción en el Palacio de Itamaraty, sede del ministerio de Relaciones Exteriores. Alrededor de 60 delegaciones extranjeras participaron en la investidura, con 12 jefes de Estado, tres vicepresidentes, 11 cancilleres, 16 enviados especiales y tres directores de organismos internacionales.

Asistieron líderes de los países vecinos, como Mauricio Macri (Argentina), Sebastián Piñera (Chile), Mario Abdo Benítez (Paraguay), Tabaré Vázquez (Uruguay), Iván Duque (Colombia) y Marín Vizcarra (Perú), así como Evo Morales (Bolivia), único representante de las llamadas izquierdas bolivarianas. No estuvieron los representantes de Cuba (Miguel Díaz-Canel) y Venezuela (Nicolás Maduro), que fueron vetados por expreso deseo del equipo de Bolsonaro después de que el Gobierno en funciones de Temer hubiera cursado las invitaciones.

Aunque el propio Bolsonaro especuló con la presencia de Donald Trump EEUU envió a su secretario de Estado, Mike Pompeo. La delegación de Rusia está encabezada por el presidente de la Duma Estatal, Vyacheslav Volodin, mientras que el vicepresidente del Comité Permanente de la Asamblea Popular, Ji Bingxuan, fue el representante de China. España envía a la presidenta del Congreso, Ana Pastor, y al viceministro de Cooperación Internacional y para Iberoamérica, Juan Pablo de la Iglesia.

Bolsonaro se impuso a Fernando Haddad en la segunda vuelta electoral con el 55,1 por ciento de los votos, frente al 44,8 por ciento del candidato de la izquierda. Tras cuatro victorias consecutivas del Partido de los Trabajadores (PT), la ultraderecha gobernará Brasil, al menos durante cuatro años, hasta el 1 de enero de 2023.