Alegría desbordada en Huesca: «Había llegado a imaginar cómo sería, pero es algo muy fuerte»

Fran Navarro estaba aturdido y emocionado a la vez, sin calcular cuánto dinero había repartido porque aún no había hecho los números. Sí tenía muy claro que habían vendido 6.000 euros, un total de 30 series, 20 a la asociación de Antiguos Alumnos de San Viator de Huesca y 10 a la librería Wodan de Zaragoza.

Navarro y sus hermanas son antiguos estudiantes del colegio oscense, pero este año no llevaban ninguna participación. Mientras él contestaba el teléfono llegaron sus hijas, Pilar y Teresa. Habían comprado cava en un supermercado próximo. «Está caliente, pero es para brindar«, comentaron.

El Gordo salió a las 12.35, una hora a la que el barrio está muy concurrido, y más un sábado previo a la fiesta de Navidad. José Luis Rodrigo se acercó hasta la administración porque vio «mucho revuelo». «Me he enterado aquí de que había tocado en el número de los exalumnos de San Viator«, comentó. Estaba casi seguro de que en casa tendría una participación o más porque «siempre compro». Recordó que cuando estaba al frente del emblemático comercio Rodrigo López, en el Coso Bajo de Huesca, esa lotería la patrocinaba él.

Lourdes Navarro, vistiendo ya la camiseta con el rótulo ‘1º premio vendido aquí’ explicó que la asociación de exalumnos de San Viator no tiene un número fijo «pero siempre piden que termine en 7». Ella tampoco llevaba participación esta vez. «El año pasado ya se me pasó comprarla y mira…», comentó.

La lotera indicó que la semana previa al sorteo de Navidad es la que más trabajan y llevan días yendo muchos días a las 8.00. Hoy también estarán tras el mostrador. «Ya pensábamos abrir aunque fuera domingo, porque debido a las fechas también el comercio estará abierto y pensamos que vendrían alguna personas para cambios y devoluciones, pero ahora seguro que vamos a vender mucho más para la lotería del Niño», apuntó.

Según avanzaba la mañana, conocidos, amigos y familiares se pasaban por la administración para felicitar a los hermanos Navarro. Pilar Pardo, mujer de Fran, tampoco podía ocultar su alegría. Su marido comentó que han dado premios de entre semana, «pero como el Navidad ninguno«. En una de las paredes de la administración están enmarcados los números de un primer premio de la Lotería Nacional vendido en 2008 y de un segundo, en 2011.

Fran Navarro confesó que había llegado a imaginar cómo sería vender un Gordo de Navidad: «Pero es algo es muy fuerte, no estoy preparado para esto«. Fueron sus padres quienes abrieron la administración en 1977. Este sábado, 41 años, después, los hijos vivieron una mañana inolvidable, como la de todos los que compartieron con ellos la alegría del premio.

Entre los más entusiasmados estaba Alberto Garcés, de 30 años y exalumno de San Viator. Frente al despacho de lotería esperaba a sus amigos, pero mientras tanto contestaba al teléfono, entraba en directo en los programas de la tele y se echaba las manos a la cabeza, incapaz de asimilar lo que le estaba pasando. «Es que lo ves por la tele y piensas que a ti nunca te va a ocurrir, pero pasa», comentó. Contento como nadie, insistía en que el premio «está muy repartido y le ha tocado a mucha gente joven«. «Todos tienen algo, hasta los de Mallorca», añadió. Él llevaba dos participaciones y sus padres también compraron. No sabía en qué lo iba a gastar, pero sí aseguró que los «tres amigos que se casan al año que viene tendrán un despedida de soltero grandiosa».

Tres bodas en el grupo

Alberto Garcés forma parte de un grupo de más de 20 compañeros de la promoción que acabó en 2004. Tienen un local y juegan en un equipo de fútbol, como explicó Antonio Chamocho tras fundirse con él en un abrazo. Más tarde llegaron más amigos a la administración. Pablo Oliván contó que estaba escuchando la lotería en casa y no habían terminado de cantar el número cuando ya lo estaban comunicando por el grupo de Whatsapp. «Lo primero que he hecho ha sido llamar a mi novia y decirle que ya no se tenía que preocupar por los gastos de la boda, que nos había tocado el Gordo«, relató. Él es uno de los tres vivirán una despedida de soltero que nunca olvidarán.

Hasta la administración número 5 de Huesca se acercaron algunos de los que llevaban papeletas. José Manuel Abad llevaba tres, repartidas con sus hijas. Le han tocado 300.000 euros. «Mis nietos ya me han preguntado: “Yayo, ¿qué nos vamos a comprar?«. Abrumado por la atención mediática, se mostraba exultante. «Es pronto para hacer planes. Es una cantidad importante, repartida entre las tres familias, un poco para cada uno. Se enteró estando en la plaza de López Allué, cuando un vecino le dijo que había caído el Gordo en su barrio. «Tengo otro número fijo que compro y cuando me ha dicho el premiado no me sonaba nada. Pero nos ha llamado una hija para decirnos que era el de la Asociación de Antiguos Alumnos de San Viator. A partir de ahí, la locura«.

También llegó José María, que prefirió no dar su apellido: «Creo que llevo dos papeletas de San Viator, y no sé todavía cuánto es. Es pronto para saber en qué emplearlo. De momento a disfrutar. Es un premio muy repartido».