El mundo sigue siendo del Real Madrid

Con los datos que tenemos, siendo estrictamente objetivos, se puede afirmar que este Madrid es el mejor equipo del mundo y además el mejor equipo de la historia.

Nadie ha ganado tres Mundialitos o Intercontinentales consecutivos. Ni el Milan, ni el Ajax, ni el Bayern. Nadie. Esto es un reto explicativo que el mundo del fútbol y el periodismo deportivo está despachando mal: los adjetivos se los llevan otros, también los documentales. Pero lo que ha hecho este Madrid (lo que está haciendo) no lo había hecho nadie. No se había visto. No ha habido un equipo igual en la historia del fútbol.

Y para hacerlo hubo dos cosas. Un rival que le permitió jugar y que era, sin embargo, un rival que había vencido a River.

Y fue necesaria otra cosa. El propio Madrid mejoró. Se elevó a esa altura suya de las finales, se puso a la altura de su historia, y jugó un partido espectacular. Volvieron los galácticos. Bale intentó otra volea, Benzema danzó, Modric jugó su mejor partido en mucho tiempo, y Ramos hizo una de esas cosas que explican que cuando se encuentran en un ascensor Baresi y Beckenbauer le tengan que ceder el paso.

El partido, como tal, duró lo que quiso él. Su acción defensiva con 0-0 fue la primera clave del partido.

El Al Ain salió esperando en la media sin la presión habitual en los equipos modernos. Aunque resultó un rival muy cómodo, los primeros cinco minutos sí tuvieron algo de emoción, con acercamientos de los dos equipos. El Madrid dibujaba un 4-1-4-1 de inicio (en defensa) con Bale en la izquierda, en lo que ya es otra decisión firme de Solari.

El Madrid empezó muy pronto a tener la pelota y a demostrar una fluidez desconocida. Benzema ya chutó con peligro en el minuto once, y Bale parecía suelto y a menudo solo.

El público local abucheaba a Ramos, que se ha convertido un poco en el Salman Rushdie del fútbol, y en el 13 apareció para salvar al Madrid. Marcelo regaló el balón a El Shatat y lo que iba a ser un gol seguro lo sacó Ramos bajo los palos. La jugada valía un gol, e inmediatamente vino el del Madrid: un zurdazo colocado de Modric desde fuera del área.

El Al Ain dejó de inquietar, y lejos de atacar se cerró: ellos esperaban y el Madrid tenía la pelota en un 70% y con un ritmo medio, alguna vez medio-alto, que sin embargo resultaba muy peligroso. El rival permitía mucho juego por las bandas. Carvajal estuvo colosal, y todos se fueron entonando (salvo quizás Marcelo, algo más errático) en uno minutos de dominio, con un juego como de sinfonieta que dirigía Benzema.

Lucas pudo marcar en un remate a pase de Carvajal, Bale en dos ocasiones, o Benzema bajo palos tras una jugada coral. El Madrid llegó a gustarse, a jugar bonito, como volviendo a dar el viejo sentido que tenía la Intercontinental: despertar los oh de sorpresa en el público japonés de entonces. El Madrid regaló minutos de caracoleos, de toques y paredes, con exactitudes de Kroos, un Modric más libre y desbordante que nunca o la versatilidad de Bale, extremo zurdo y nueve ocasional.

Y siendo el juego así, el que más destacaba era Llorente, jugando otro partido calisténico en el que ganaba todos los balones divididos. Ganaba los balones incluso al rectificar. Llorente corría muchísimo, hasta hacer ue Lucas pareciese sospechoso. El flequillo no es por coquetería, es aerodinámico.

Todo lo bueno del Madrid exigía, sin embargo, dos matizaciones. La primera, como unas comillas en todo lo dicho, era la ingenuidad y pereza defensiva del rival. En apariencia, y aunque esto sea difícil de medir, el más vulnerable de los que ha enfrentado este año.

La segunda es que el partido seguía 1-0. En el descanso seguía viva la vieja ley: el que perdona la paga.

Pero todo siguió igual en el retorno. Bale pudo marcar de chilena y Benzema en varias ocasiones. Los argumentos del Al Ain no existían. Berg estaba engullido por la defensa del madrid, y Caio era el único con fútbol. Llorente impedía él y solo y personalmente cualquier contra del Al Ain.

Su partido ya era histórico antes del gol, pero con el 2-0 lo hizo evidente: empalmó una volea desde fuera del área y cerró la final. Su partido se recordará siempre. Como el de su padre en Oporto. Llorente no solo se ha ganado un sitio en el equipo (Casemiro tendrá que sudar), se ha ganado un lugar en la historia del Madrid.

El partido ya se hizo de exhibición, se puso para Marcelo, y el portero Khalid evitó la goleada parándole manos a mano a Bale y Benzema. Cuando el Madrid se relajó apareció el que faltaba: Courtois le quitó el gol a Caio.

Con una noche de álbum y de tiros largos se empezó a notar que Ramos quería su gol, y lo tuvo en el remate de un córner. En el gol se citaba a sí mismo con un remate como el del minuto 93, y citaba a Raúl silenciando al público con aquel gesto del 7 en el Nou Camp. No contento, se fue a abrazar a Isco, ejerciendo por último de capitán. Si en España hubiera todo el populismo que se pregona, Ramos podria presentarse al Congreso.

En el carrusel de taconazos y toques que era el Madrid estaba fallando Lucas, y Solari, con una sensibilidad ya acreditada, lo sacó para que entrara Vinicius. Él marcó el cuarto, de nuevo como extremo y con la ayuda del rival. Otro autogol forzado por Vinicius, que está patentando la jugada, una mezcla muy madridista de habiidad y fortuna.

Shiotani había marcado antes de cabeza el gol de la honra en un buen saque de Caio, cuyo partido merecía algo de justicia.

Así acabó todo. El Madrid había hecho uno de esos partidos que convierte a la gente a su particular religión. En esas blancas chilabas bien podría bordarse el escudo. Siete títulos mundiales para el Madrid. Más que muchos países. La vitrina de mundialitos es otra riqueza del club que merece más atención.

Este equipo se ha ganado el derecho a la historia. También el derecho a ser sustituido con la tranquilidad de que ya no se le puede pedir más.

Ficha de partido

Estadio: Sheikh Zayed Sports City StadiumReal Madrid

  • 25Courtois
  • 2Carvajal
  • 4Sergio Ramos
  • 5Varane
  • 12Marcelo
  • 10Modric
  • 18M. Llorente
  • 8Kroos
  • 11Bale
  • 17Lucas Vázquez
  • 9Benzema

Ain

  • 17Khalid Eisa Mohamed Bilal Saeed
  • 23Mohamed Ahmad Ali Gharib Juma
  • 14Mohammed Fayez Subait Khalifa Al Alawi
  • 5Mohamed Ismail Ahmed
  • 33Shiotani
  • 16Mohammed Abdulrahman
  • 74Hussein El Shahat
  • 3Tongo Doumbia
  • 7Caio Lucas Fernandes
  • 43Rayan Yslam Mohammed Aboudan Al-Jaberi
  • 9Marcus Berg
  • Banquillo
  • 28Vinicius Júnior
  • 20Marco Asensio
  • 3Jesús Vallejo
  • 15Federico Valverde
  • 23Reguilón
  • 6Nacho
  • 14Casemiro
  • 22Isco
  • 19Odriozola
  • 13Casilla
  • 1Keylor Navas
  • 24Dani Ceballos
  • Banquillo
  • 1Mohammed Saeed Bu Sanda Ahmed
  • 99Jamal Ibrahim Hassain Maroof
  • 19Mohnad Salem Ghazy Al Amim
  • 6Amer Abdulrahman Al Hammadi
  • 18Ibrahim Amuah Diaky
  • 11Bandar Mohammed Saleh Al Ahbabi
  • 30Mohammed Khalfan Zayed Barout
  • 88Yahia Nader Moustafa Elsharif
  • 28Sulaiman Nasser Alameri
  • 12Hamad Abdulla Nasser Abdulla Al Mansoori
  • 13Ahmed Barman Ali Shamroukh Al Hammoudi
  • 44Saaed Juma Hasan
  • Goles
  • Modric 13′
  • M. Llorente 59′
  • Sergio Ramos 78′
  • Goles
  • Shiotani 85′
  • Yahia Nader Moustafa Elsharif 90′ (pp)

Árbitro: Jair Marrufo