La intención del PP de extender el pacto andaluz con Ciudadanos y Vox a toda España tras las elecciones autonómicas y municipales de mayo no es correspondida por Albert Rivera. Ciudadanos no va a dar prioridad al PP para los acuerdos en comunidades autónomas y municipios, y pactará indistintamente con populares y socialistas, en función de distintos criterios. Tampoco descarta negociar con el PSOE tras las generales. El portavoz parlamentario, Juan Carlos Girauta, ha definido el pacto andaluz tras la reunión de la ejecutiva de Ciudadanos como «excepcional» porque en Andalucía ha gobernado casi cuatro décadas ininterrumpidas el PSOE. La formación primará alianzas con los partidos «constitucionalistas y europeístas», lo que marca distancias frente a Vox.
Andalucía no es extrapolable a toda España. La estrategia de pactos poselectorales de Ciudadanos no ha variado por el caso andaluz y su intención es mantener una política de acuerdos variables tanto con el PP como con el PSOE, los dos partidos que entiende en su mismo marco constitucionalista y europeísta. «El caso andaluz es un caso excepcional y a cada convocatoria nos presentaremos dentro de su propio contexto y naturaleza», ha explicado Girauta en rueda de prensa en la sede del partido en Madrid. El no rotundo de Ciudadanos a pactar con el PSOE en esa comunidad tiene que ver, ha insistido el portavoz, con que se trataba de una «situación excepcional» fruto de que «un mismo partido gobierne durante cuatro décadas ininterrumpidamente». «Era un clamor», ha apostillado Girauta.
«Primamos a los partidos constitucionalistas y europeístas», ha defendido el portavoz parlamentario como única condición para acuerdos. Ahí solo incluye al PP y al PSOE, y deja fuera a Podemos y a Vox. La dirección de la formación naranja considera que el mapa político en España está cambiando a toda velocidad, y ahora hay que cambiar el chip porque ya no son cuatro sino cinco los partidos (con la entrada de Vox), lo que obliga a acuerdos de hasta tres formaciones.
Ciudadanos tampoco descarta pactar con el PSOE tras las generales, pero sí encuentra un obstáculo en Pedro Sánchez, de quien Rivera dijo en una entrevista en EL PAÍS que ha quemado los puentes con su partido. «El PSOE no sanchista está dentro de ese espacio constitucionalista y europeísta», ha subrayado Girauta. «No sanchista» es la clave. El partido traza una división entre Sánchez y el sanchismo y el PSOE, pero es el presidente socialista el que tiene ahora mismo el control total del partido.