La OEA afronta la crisis migratoria en Colombia y redobla la presión a Maduro

El secretario general de la Organización de los Estados Americanos (OEA) viajó esta semana a Colombia para abordar la emergencia migratoria que desde hace meses afronta la región por el multitudinario éxodo de venezolanos que huyen del Gobierno de Nicolás Maduro. El representante del organismo, muy crítico con la deriva del sucesor de Hugo Chávez, afirmó que «la política de brazos abiertos de Colombia necesita coordinaciones regionales» y, al mismo tiempo, señaló la que, en su opinión, debe ser la solución: «La crisis migratoria venezolana se resuelve con democracia en el país. Es una necesidad que debemos tener muy clara, de lo contrario el régimen nos seguirá mintiendo». La visita constituye en sí un mensaje que redobla la presión internacional contra el chavismo.

Alrededor de un millón de personas cruzaron la frontera colombiana en los últimos meses en busca de oportunidades. Lo hicieron sobre todo por el paso fronterizo de Cúcuta, a menudo a pie, caminando cientos de kilómetros. Hasta allí se trasladaron este viernes una delegación de la OEA, una comitiva de Human Rights Watch, encabezada por su director para las Américas, José Miguel Vivanco, y un equipo del Ejecutivo liderado por el canciller, Carlos Holmes Trujillo.  «Acá se ejemplifica la denuncia contra la represión, el hambre y la miseria que genera la dictadura bolivariana», señaló Almagro.

El diplomático uruguayo trató la tarde del jueves con el presidente Iván Duque, durante un encuentro en Cartagena de Indias, algunos de los desafíos que plantea la huida de venezolanos. La organización ya ha puesto en marcha un grupo de trabajo coordinado por David Smolansky, dirigente opositor del partido Voluntad Popular,  e intenta ahora concretar un plan de ayuda. «Es una crisis absolutamente inmoral porque marca las dolencias de un Gobierno, marca las mentiras de un Gobierno a la hora de tratar la necesidad de su gente y su pueblo en lo que refiere a alimentación, salud, necesidades básicas de la población, Los venezolanos hoy buscan en el exterior soluciones que no pueden encontrar en su país», consideró el secretario general de la OEA.

También se refirió a una de las escenificaciones cada vez más recurrentes de Maduro. «Tratar de sostener esa mentira a través, por ejemplo, de repatriaciones por decenas cuando los exiliados forzosos del país son millones definitivamente es un acto inmoral que trata de perpetuar una mentira que ya no pueden ocultar», agregó. Hoy mismo el régimen difundió el regreso de 86 personas que emigraron a Argentina. Según cálculos de Naciones Unidas, que en junio criticó duramente los desmanes y la brutal represión del régimen, la gravísima crisis que azota al país y la persecución forzaron la salida de más de dos millones de ciudadanos. La reconversión monetaria anunciada en agosto por el Gobierno se quedó en medida cosmética, puesto que Venezuela sufre las consecuencias de un corralito de facto en el que es prácticamente imposible acceder a cantidades aceptables de efectivo.

Duque, que felicitó a Almagro por las acciones emprendidas contra el Gobierno de Maduro en la Corte Penal Internacional (CPI) de La Haya, aprovechó una declaración conjunta para solicitar formalmente apoyo. Se dirigió tanto la OEA como del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el organismo donde el mandatario colombiano se formó durante años en Washington. «Insto a que con el apoyo suyo también el apoyo del presidente del BID tengamos instrumentos de financiamiento para atender esta situación en el hemisferio», dijo. Desde su elección, el pasado junio, el sucesor de Juan Manuel Santos ha hecho hincapié en la necesidad de buscar un enfoque regional para afrontar la emergencia migratoria, que por razones geográficas -Colombia y Venezuela comparten más de 2.200 kilómetros de frontera- afecta sobre todo a su país.