La rodilla le vuelve a fallar a Nadal: Se retira ante un gran Del Potro

Y Nadal no pudo más. El español se retiró de su semifinal del Abierto de Estados Unidos contra Del Potro, con dolores en la rodilla, y no podrá defender su título en Nueva York. Otra vez el físico le ha fallado al número uno, puesto que seguirá conservando al final del torneo, pase lo que pase. En tercera ronda, ante Kachanov, ya se vio obligado a vendarse la rodilla derecha, pero aguantó. Para alcanzar la penúltima ronda tuvo que estar casi 16 horas en pista, una barbaridad, y hasta ahí llegó. Perdía 7-6 (7/3) y 6-2 y lo más sensato era lo que hizo: no continuar. Habrá que esperar para saber el alcance de la lesión pero, para empezar, parece complicado que el próximo fin de semana esté en la Copa Davis defendiendo a España en Francia.

Por ser justos con el vencedor, Del Potro se llevó un ajustado primer set. Es, posiblemente, el tenista más en forma del circuito, y el que ha llegado hasta las semifinales con mejores sensaciones, cediendo sólo una manga. Ganó el sorteo y decidió restar… Hizo una ruptura de salida, pero Nadal contestó con otra. A partir de ahí, al balear se le vio enchufado, agresivo y amenazando el servicio de Del Potro. Ganó su saque, se puso 4-3, y pidió que le vendaran la rodilla por primera vez. No le fue bien, porque perdió dos juegos seguidos y Del Potro tenía su saque para llevarse el set. Todavía resistió el español, que se quitó ese primer vendaje, con un «break». En ese momento el duelo estaba ya al rojo vivo. Bien Nadal y bien Delpo, con su fantástica derecha, que es un cañonazo cada vez que la puede golpear plantado en el suelo. Con ese golpe dominó el desempate. Pero el argentino es mucho más que un «drive». Pese a sus casi dos metros se mueve de maravilla y después de años torturado por una lesión en la muñeca ha recuperado su revés y está para competir con los más grandes. Por eso es el número tres del mundo, amenazando el dos de Federer. Nadal jugó un irregular «tie break» y empezó el partido por detrás.

Ya había hecho el zurdo algún gesto de disconformidad. Alguna mirada a su banquillo de esas que dicen: «Esto no va bien». No podía disimular el enfado en la pista. En el segundo set, con 1-2 perdiendo, se volvió a vendar la rodilla. Y todavía estuvo luchando un rato extra más. Pero ya no iba a por algunas pelotas. Estaba limitado. No tenía sentido. Era imposible estar así dos o tres horas más, y cuando cedió ese segundo parcial habló con el juez de silla y con su amigo Del Potro para anunciar que no podía seguir.

Es el segundo «Grand Slam» que el español no puede acabar en 2018. Comenzó con una retirada en los cuartos de final de Australia por problemas en el abductor, que le tuvieron parado hasta la gira de tierra. En su superficie arrasó, incluido el undécimo Roland Garros, y en Nueva York nuevamente se ha retirado. Las rodillas, su problema histórico, las que más quebraderos de cabeza le han dado durante su carrera, le volvieron a traicionar.

Nadal: «Odio retirarme, pero seguir un set más así hubiera sido demasiado»

Nadal lamentó profundamente su retirada en las semifinales del Abierto de Estados Unidos y aseguró que aguantó todo lo que pudo antes de tirar la toalla.

«Odio retirarme, pero seguir un set más jugando así hubiera sido demasiado para mí», dijo Nadal en inglés durante una conferencia de prensa minutos después de su partido ante el argentino Juan Martín del Potro.

El tenista español explicó que sintió un «pinchazo» en el cuarto juego, cuando el marcador era 2-2, y que trató de ver durante un tiempo si sus sensaciones mejoraban.

«Esperé todo lo que pude. Puede imaginar que es muy difícil para mí decir adiós antes del final del partido, pero en cierto momento uno tiene que tomar una decisión», indicó a los periodistas.

Nadal aseguró que sentía «demasiado dolor» para seguir jugando, aunque adelantó que probablemente se trata del mismo tipo de problema que ha sufrido en su rodilla en el pasado.

«Me parece irme de una manera que realmente diría que odio irme, que es retirándome. La gravedad no creo que sea mucha, es la de siempre. Pero es limitante y más que limitante, me imposibilita competir», explicó ya en español.

El tenista, visiblemente contrariado, recordó que este tipo de problema es una parte «desgraciadamente importante» de su carrera y dijo que se va con una sensación personal «bastante peor» que si hubiese perdido.

«No me queda más que aceptar y seguir trabajando para estar preparado para la siguiente», añadió.