Jacinto Gil Lázaro y Magdalena Lasala aúnan arquitectura y literatura en «El Patio de la Infanta»

Fundación Ibercaja ha presentado este sábado el libro «El Patio de la Infanta», de Jacinto Gil Lázaro y Magdalena Lasala. Se trata de una nueva publicación sobre uno de los monumentos renacentistas más singulares que conserva Zaragoza, que ofrece dos partes, la primera centrada en la arquitectura e iconografía del Patio y la segunda en la que se sugiere la reconstrucción literaria de la correspondencia de la Infanta Teresa de Vallabriga, entre 1792 y 1808.

El acto ha sido introducido por Domingo Buesa, presidente de la Real Academia de Bellas Artes de San Luis, y ha contado con la participación de los dos autores; además de José Luis Rodrigo Escrig, director general de Fundación Ibercaja, y Juan Carlos Sánchez Bielsa, jefe de la Obra Social de Fundación Ibercaja.

La publicación es el segundo volumen de la Colección Patrimonial editada por Fundación Ibercaja, consta de 320 páginas e incluye también un texto de presentación de Amado Franco, presidente de Fundación Ibercaja y el prólogo de Domingo Buesa, presidente de la Real Academia de Bellas Artes de San Luis.

La obra recoge el trabajo detallado que Jacinto Gil Lázaro ha realizado durante años basado en una importante tarea de documentación y estudio del Patio de la Infanta y la parte creada por Magdalena Lasala, que da voz a la propia Infanta a través del género epistolar, con el que sugiere la reconstrucción de la correspondencia de Teresa de Vallabriga entre 1792 y 1808.

La primera parte describe el patio renacentista de los Zaporta con una visión precisa y detallada con la que Gil Lázaro quiere hacer llegar al mayor número posible de personas la difusión de este edificio recuperado por Ibercaja de la tienda de un anticuario de París. El autor quiere transmitir la trascendencia del edificio más allá de su historia y las características del estilo, para dar a conocer el espíritu con el que Gabriel Zaporta impulsó la construcción del mismo con motivo de su matrimonio con Sabina Santangel.

En este apartado se incluye numerosa documentación gráfica, una contextualización histórica de la época y una descripción pormenorizada de la arquitectura e iconografía de las diferentes partes que componen el Patio de la Infanta. Además, el autor dedica varios apartados a cuestiones como las reparaciones de los frisos, la recopilación de documentación gráfica de acuarelas, fotografías, grabados, pinturas y algo de filatelia para completar la documentación de este trabajo.

La segunda parte creada, por la escritora Magdalena Lasala, Premio de las Letras Aragonesas, da voz a la propia Infanta a través del género epistolar, donde sugiere la reconstrucción de la correspondencia de Teresa de Vallabriga entre 1792 y 1808. En ella incluye un primer apartado bajo el epígrafe «El nombre del Patio de la Infanta debido a Teresa de Vallabriga y Rozas», que resume la biografía de la mujer que ha dado nombre al patio central de la Casa Zaporta tal como se conoce hasta la actualidad. A partir de ahí, la escritora realiza una ficción literaria de gran calidad y belleza que nos acerca a la personalidad y la vida de la Infanta, eligiendo las cartas como vehículo transmisor, por ser la forma de comunicación más usual en el siglo XVIII.

Magdalena Lasala presenta en estas cartas a la Infanta que ha vuelto a su ciudad. En ellas narra de forma impecable la añoranza de sus hijos, la belleza de su colección artística, su vida en Zaragoza y las personas con las que se relaciona como Ramón de Pignatelli, Martín Zapater y Josefa Amar y Borbón entre otros, además de otros aspectos de su intimidad, su relación con la corte española y los recuerdos de su vida como esposa del Infante Don Luis, que ofrecen una visión que acerca la figura de Teresa de Vallabriga a los lectores y reivindica su importancia en el momento histórico que le tocó vivir.

La obra presentada que celebra los 60 años de la recuperación por Ibercaja de uno de los símbolos emblemáticos de la arquitectura del siglo XVI en Zaragoza, pone de manifiesto el interés de Fundación Ibercaja por el desarrollo del territorio y la difusión y promoción del patrimonio artístico, que fomenta con continuas actuaciones y exposiciones como la que actualmente se exhibe, recreando la residencia de la Infanta en el Patio cuando regresó a Zaragoza después de su vida en la Corte como viuda del Infante Don Luis de Borbón.