Lopetegui: «Nos respetan, pero eso no nos hará ganar»

Su discurso, bien trazado y sin empacharse de la euforia colectiva, desvela la responsabilidad con la que Julen Lopetegui (Asteasu, 28 de agosto de 1966) afronta el Mundial de Rusia. Estuvo como jugador en el de Estados Unidos, aunque dice que el gusanillo es distinto. Ha tenido que dejar fuera a futbolistas como Álvaro Morata pesándole mucho, según explica, pero esas decisiones van en su cargo. Su trayectoria al frente de la selección es estupenda y ha aportado aire fresco a un grupo que combina lo mejor del ayer con lo mejor del hoy. España está lista para el 15 de junio, fecha en la que debuta ante Portugal. Mejor que lo confirme él, Julen Lopetegui.

-¿Dónde está España exactamente?

-Está preparada para un Mundial, un Mundial ilusionante con todo lo que conlleva, con esa complejidad que genera. Estamos en un momento en el que crecemos como equipo y tenemos una sensación colectiva muy positiva. Intentaremos seguir mejorando y creciendo durante el torneo.

-¿Cómo se prepara un Mundial?

-De muchas maneras. Hay muchísimos frentes que hay que detallar y ultimar. La propia elección de los jugadores, la preparación de estos partidos y la gestión de la plantilla. Y saber interactuar con todos los agentes externos: prensa… Todo es importante y todo hay que tenerlo trabajado, pero lo importante es prepararse futbolísticamente para dar una respuesta a nivel colectivo, ofensivo, defensivo… Eso es lo que me preocupa y me ocupa

-¿Ha ido todo mejor de lo que se esperaba desde que llegó al cargo?

-Bueno, no teníamos una expectativa concreta. Lo que sí teníamos claro era a qué debíamos enfrentarnos en cada momento, no hay otra manera. Dar respuesta a las necesidades. Analizar y elegir jugadores y luego prepararlos para los partidos y para superar una fase de clasificación durísima, con un rival con cuatro estrellas como Italia. Desgraciadamente, no se han clasificado, pero la fase ha sido muy exigente. Tratamos de recuperar un poco la ilusión y la autoestima y seguir creciendo.

-¿Recuperar esa autoestima fue el objetivo prioritario después de dos fases finales malas?

-Siempre que los resultados no acompañan, hay una desilusión. Pero eso, siempre lo he dicho, no significa que las cosas estuvieran mal hechas, al contrario. Nosotros nos encontramos con un equipo con muchísimas cosas positivas.

-Pero ya no era tanto el equipo como tal, era el jugador y su estado después de Brasil y Francia.

-Es cierto que venían de un golpe, de un momento negativo, y esas dudas pueden aparecer. Pero se disipan rápido y al instante fueron capaces de demostrar que eran aptos para hacer muchas cosas interesantes como equipo. Se ha cogido un rumbo y un camino que es el que queremos seguir.

-¿Es fácil trabajar con estos jugadores?

Sí. Siempre es fácil trabajar con buenos jugadores, sin duda. Tanto a nivel de capacidad como a nivel de convicción. Son dos cuestiones imperativas. Una la tienen, que es la capacidad y la calidad, y la otra la desarrollan, que es la convicción por ser un equipo. Es un detalle que han entendido desde el primer momento: entregar lo mejor de cada uno en aras de un objetivo colectivo. Ellos han estado convencidos siempre.

-¿Qué es lo que más le ha sorprendido de este grupo de jugadores?

-No me ha sorprendido porque conocía a muchos de ellos. Sabía de la personalidad, de la motivación, de la convicción, de la calidad futbolística… Tienen esa pasión que se necesita para jugar en esta selección, tienen esa humildad competitiva que se necesita para preparar bien las cosas.

-¿Qué es para usted un Mundial?

-Yo creo que es la máxima expresión a nivel futbolístico, es el evento más importante del mundo del deporte. Están los Juegos, pero en lo que se refiere a un deporte no creo que haya nada comparado a un Mundial. No hay nada con tantos ingredientes.

-¿Le emociona?

-Por supuesto, claro que sí. Un Mundial tiene que emocionar, nos tiene que ilusionar. Y hay que tratar de disfrutarlo, debemos disfrutar de Rusia. Para competir bien en el Mundial, tenemos que disfrutar. Tenemos que ser capaces de demostrarlo.

-Usted lo vivió como jugador, en Estados Unidos, y ahora como seleccionador. ¿Estando dentro de un equipo, se nota que un Mundial sirve para unir a un país?

-Sí, se nota. En un Mundial se aparcan las diferencias pensando en una alegría colectiva. Es un ejemplo positivo. Nosotros, en estos dos años, hemos tenido momentos complicados, momentos difíciles, y los chicos han estado muy por encima de las circunstancias, han demostrado un grado de madurez y responsabilidad muy alto. Y eso es extrapolable al resto de la sociedad.

-¿Es muy distinto vivir el Mundial como jugador que como entrenador?

-Absolutamente, nada que ver. La ilusión está ahí, pero la responsabilidad y lo específico que es entrenar a un equipo no tienen nada que ver. La ilusión seguramente es paralela. Un jugador tendrá la misma ilusión seguramente que la que puedo tener yo.

-¿Es divertido ser seleccionador?

-A mí me gusta. Me gusta entrenar y más entrenar al equipo de España.

-¿Es más difícil de lo que parece? Más que nada porque no se ve tanto el día a día.

-Es cierto que el trabajo diario no se conoce, pero es tremendamente intenso. He sido entrenador de un equipo que ha jugado Champions, con competición cada tres días, y la intensidad de la profesión depende de cómo cada uno se lo tome. Por nuestra parte la intensidad es máxima.

-¿Qué recuerda del Mundial?

-Mi primer recuerdo es el Alemania-Holanda (2-1), la final de 1974. Goles de Neeskens, Breitner y Muller. Diría que incluso mi primer recuerdo futbolístico fue ese. Yo tenía ocho años y ver un partido por televisión era algo atípico, algo raro. Lo vimos juntos en la casa y tengo un recuerdo muy especial de ese día.

-Después de Brasil y Francia, España ha dado un salto. ¿Percibe que se ha ganado de nuevo el respeto?

-Es lógico que cuando un equipo ha ganado, el resto te miran de otra manera, y más de la manera en cómo se ganó. Internacionalmente a España ya se le reconoce por una manera de entender el juego, por un tipo de jugador concreto. Y eso sí se siente, se percibe el respeto, aunque no te garantiza nada. En todo estilo, hay que seguir con una evolución, no te puedes parar. Pero también nosotros sentimos respeto por Alemania, Francia, Argentina, Brasil, Bélgica o Italia, que con cuatro estrellas se ha quedado fuera del Mundial.

-¿Y realmente hace mucho la estrella?

-Esa estrella sirve para recordar que en un momento de tu historia has estado en lo más alto. Es un motivo de orgullo. Mirar tanto la estrella, mirar ocho años atrás, nos debe servir para estar muy felices y orgullosos, pero hay que ser conscientes de que eso no nos va ayudar absolutamente para nada, no sirve para ganar el Mundial. Es de perogrullo, pero es así. Hay que mirar para atrás para estar muy orgullosos, pero no para comparar. Igual que los jugadores actuales. No es justo compararles con la mejor generación del fútbol español de largo, seguramente una de las mejores generaciones del mundo. A estos chicos hay que dejarles que hagan su camino y que se sigan desarrollando futbolísticamente.

-Esta generación combina parte de ese pasado y también hay jugadores que seguramente están en el punto apropiado. ¿Cree que es el momento idóneo para aprovechar esta mezcla?

-La evolución de los años siempre produce mezclas de generaciones. Están preparados, nos ilusionan y combinan bien. Tendrán que demostrar lo que son, cómo compiten. Hay que confiar en este equipo, pero sin ponerles en el espejo ni comparándoles permanentemente. Aquella generación fue única. Confiemos en los de ahora, pero dejemos que tenga su espacio.

-¿Nota que la gente se sube de nuevo al tren de la selección?

-Yo siempre he sentido ilusión, desde el primer partido he percibido esta ilusión. La gente te cuenta, te para, te dice. Nosotros no nos vamos a pelear por nadie porque se genere ilusión, es lo normal. Otra cosa es cómo gestionemos el exceso y que seamos conscientes de que nos tiene que empujar, no agobiar ni pesar. Hay que llegar con equilibrio entre ambición, humildad e ilusión.

-¿A los jugadores hay que hablarles mucho antes del Mundial?

-Hay que hablarles como entrenador. Si se refiere a la motivación, es implícita. Todos los que están tienen un grado de motivación excelente.

-Los años en los que el Madrid ha ganado la Champions, no han sido buenos luego para la selección. ¿Le inquieta? ¿Tiene algo que ver?

-No podemos crear el escenario ideal. Tenemos que sacar la parte ideal de cada escenario. Afortunadamente para el Madrid y para los jugadores de ese club, han llegado a la final de Champions y la han ganado. Es mejor que vengan con una sonrisa de oreja a oreja e ilusionados.

-¿Qué tiene que pasar para ganar un Mundial?

-Hay que llegar a un gran nivel. Jugar bien, competir bien… En una competición tan especial, cuentan muchos los detalles. Hay muchas circunstancias. La primera, la que está bajo nuestro radio de acción, es llegar en nuestro mejor nivel. A partir de ahí, los imponderables hay que lidiarlos de la mejor manera posible. Hay que llegar muy bien, con una versión óptima.

-España no tiene una estrella estilo Messi o Cristiano. ¿Es mejor que prime el grupo en una selección?

-Nosotros tenemos grandes jugadores que entregan lo mejor al grupo. Eso es lo que nos hace fuertes. La calidad, si no hay un interés colectivo, sirve de poco. Tenemos las ideas claras y entregamos lo mejor de cada uno al grupo.

-¿Qué daría por ganar el Mundial?

-Pues no sé, nunca lo he pensado. Lo que daría es un salto, seguro.

-¿Sueña?

-Soy más de trabajar los sueños que de soñar. De ser ambicioso, sabiendo que esos sueños tienen que ser fruto del trabajo.

-Pensando ya en la competición, toca hablar de los rivales. El primero es Portugal.

-Es el actual campeón de Europa. Fue el mejor del último escenario en el que intervino Francia, Italia, Inglaterra, Alemania, España… Estaban todos. Queda todo dicho. Es una selección extraordinaria con un jugador de época como Cristiano y con un entrenador con mucha experiencia.

-El día 20, en Kazán, toca Irán.

-Es un muy buen equipo, que lleva siete años con el mismo entrenador (Queiroz). Es el mejor entrenador de Asia de largo, sacando ocho puntos a Corea del Sur en la clasificación. Está muy consolidado, con muy buen físico, bien tácticamente y con la aparición de jugadores muy interesantes. Tienen al goleador de la liga holandesa, el mejor jugador de la liga rusa…

-La primera fase acaba con Marruecos, el 25 de junio en Kaliningrado.

-Tiene la mejor generación de su historia, con jugadores en los mejores equipos de Europa. Un culto al juego muy interesante, y con un entrenador que les ha ordenado.