Nadal se defiende: «Opiné con respeto, otros no lo hacen»

Se ha ganado el respeto, la admiración y los títulos con la raqueta en la mano, pero Rafael Nadal no es un extraterrestre. Es muy consciente de lo que pasa en España y también, de que por su nombre, su trayectoria y su posición en el imaginario colectivo de la sociedad, todo lo que diga tiene siempre cierta repercusión. No piensa tanto en eso como en que solo es su opinión como ciudadano. Sin embargo, ha tenido que lidiar con rivales a los que no puede vencer en la pista, como Isidro López, diputado de Podemos, que criticó al balear a través de las redes sociales por haber dicho que él era partidario de que los españoles votasen. «Nadal quiere elecciones. A mí, sin embargo, me gustaría que dejase de practicar un tenis soporífero, defensivo, hipermusculado y pasabolas», escribió.

-¿Siente presión o le sorprende la repercusión que han tenido siempre sus palabras sobre política?

-Bueno, lo que pasa es que muchas veces en este país se habla de democracia y más cosas, pero esta gente que habla tanto de democracia y le gusta tanto esta palabra no se la aplican a ellos mismos. Yo, ni pedí elecciones ni fui irrespetuoso con nadie ni exigí nada. Yo di mi opinión como un ciudadano más. Y dije que a mí, personalmente, me gustaría votar porque yo creo que en estos últimos dos o tres años han pasado tantas cosas en nuestro país que me gustaría volver a decidir. Pero no después de la moción de censura, no necesariamente, sino antes, porque ya habían pasado tantas cosas que creo que al pueblo le gustaría poder volver a manifestarse de lo que quiere. Dicho esto, lo mismo, creo que se está haciendo bien con nuevos ministros, serios, positivos y preparados, y la verdad, lo único que puedo desear realmente es que las cosas vayan lo mejor posible.

-¿Y qué le gustaría que ocurriera en España?

-Lo que más me gustaría de todo, y sobre todo, es que el país tenga una tranquilidad y una estabilidad y que las cosas funcionen bien para todos. Cuanta más gente esté bien, feliz y atendida, más felices seremos todos. Eso es una realidad. Se puede montar lo que quieran a partir de mis palabras, pero no dije nada fuera de tono ni le falté al respeto a nadie. Di una simple opinión y creo que los que estuvisteis allí visteis que lo dije desde el máximo respeto. Y también de la humildad de no ser un especialista en eso. Nada más.

-¿Falta respeto en este país?

-Hay gente que falta al respeto porque no le gusta lo que pueda decir, y a mí tampoco me gusta lo que puedan decir según qué gente, las declaraciones que hacen. Tampoco me gustan según qué actitudes que veo que se hacen en el Congreso de los Diputados y no por eso escribo un tuit criticando algunas barbaridades que escucho por ahí. Respeto y yo tengo mi opinión bastante humilde, tranquila, y a la gente que no le gusta escuchar según qué cosas, que no estén de acuerdo con mi opinión, yo lo dije desde el respeto, otros no lo hacen.

-¿Cómo ve que haya un Ministro de Deportes que diga que no le gusta demasiado el deporte?

-Bueno, no lo ha dicho ahora, lo dijo antes, lo que pasa es que no podemos ser siempre esclavos de nuestras palabras. Lo que se ha de hacer en estos momentos es mirar hacia delante. No podemos estar siempre buscando problemas. Hay que intentar no hacerle las cosas tan difíciles y esperar que haga las cosas de la mejor manera posible y que haya una estabilidad.

-¿Falta unión en la sociedad?

-No creo que entre todos tengamos que tirarnos piedras encima y complicarnos la vida. Estamos en un país que siempre está preparado para criticar, para reprocharnos los unos a los otros y yo no quiero participar en ese espectáculo.

-¿Qué es lo que menos le gusta de la política?

-Lo que me gusta menos es que siempre lo que hacen los otros, sean quienes sean, siempre lo han hecho mal, hagan lo que hagan. Los que están en la oposición siempre lo ven mal y eso, lo siento, pero no quiero seguir alimentando eso. Cada cual puede tener sus ideas políticas, pero al final, la política está al servicio del ciudadano, no se puede convertir en un espectáculo de mirar solo por los intereses personales. Con lo cual, creo que es justo, y sería bueno, que entre todos se entienda que cada uno pueda tener sus sensibilidades, pero que se llegue a algo positivo. Me gustaría que entre todos remáramos hacia la misma dirección para que las cosas funcionen cada vez mejor para todos.