Merkel exhibe cohesión y pide a su ejecutivo cumplir con lo pactado en el acuerdo de coalición

Tras seis meses con un gobierno en funciones y después de haber reconocido las debilidades por las que atraviesan los dos principales partidos, era el momento de demostrar cohesión. Poco más. Así concluyó ayer el retiro de dos días que el gobierno alemán celebró el palacio de Meseberg, en las afueras de Berlín. Sin grandes anuncios ni medidas concretas, pero con un mensaje firme: implementar lo comprometido en el acuerdo de la gran coalición.

«El objetivo no era trazar un plan de acción detallado, sino estudiar las expectativas sobre el Gobierno y su capacidad de trabajo. No se trataba de adoptar resoluciones concretas», reconoció Angela Merkel al término de la cita. De hecho, se habló del pleno empleo, del futuro de Europa o de la necesidad de cumplir con los acuerdos alcanzados en la lucha contra el cambio climático aunque sin concretar la hoja de ruta. Tampoco hubo fotos desde los balcones, ni comentarios en las redes sociales.

La canciller destacó que «lo importante» aquí era cohesionar el gabinete, que empezó a trabajar en marzo y que desde entonces se ha visto envuelto en varias polémicas por las diferencias en diversos ámbitos del bloque conservador de la Unión Cristianodemócrata y la bávara Unión Socialcristiana (CDU/CSU) y el Partido Socialdemócrata (SPD). El «espíritu» del encuentro fue en general «bueno» y todos los miembros del Gobierno se mostraron «decididos» a ejecutar con éxito lo acordado, así como «muy conscientes» de la labor que tienen por delante, que es «suficiente», aseguró Merkel. En esta línea, Merkel subrayó que el nuevo Gobierno está comprometido con el objetivo de alcanzar el pleno empleo para 2020.

A su juicio, Alemania debe aprovechar la actual «buena situación económica» para «preparar el futuro con inversiones», con el impulso de la digitalización tanto en la industria como en la sociedad y adaptando el mercado laboral a los cambios tecnológicos. «La cuestión del futuro del trabajo» es una de «las temáticas más importantes» de los próximos años, aseguró por su parte el vicecanciller y ministro de Finanzas, el socialdemócrata Olaf Scholz. Merkel rehuyó hacer concreciones en torno al escándalo de la manipulación de las emisiones en vehículos pero apuntó que considera «intensiva en costes» la solución que implica la sustitución de componentes físicos en los coches afectados y aseguró que mantiene «claras expectativas» con respecto a la industria automovilística germana.