España se luce ante Montenegro rumbo a la segunda fase

España selló ayer su pase a la segunda fase de la clasificación para el Mundial 2019. Lo hizo al ganar a Montenegro en un partido sin vaivenes en el que Quino Colom y Pablo Aguilar volvieron a liderar el ataque de la selección para asegurar la victoria y mantener el rumbo triunfal hacia China 2019.

El conflicto entre la Euroliga y la FIBA ha regalado a Scariolo una oportunidad única para encontrar nuevos mimbres para la selección. La necesidad ha hecho que el técnico haya podido darle la alternativa a varios de los jugadores que tenía bajo el radar. Trabajar con ellos día a día y probarlos en competición oficial. Un rodaje necesario para reconocer su valía. Para que se ganen un sitio en el vestuario de la selección el día de mañana. Y en esa carrera por poder luchar un día por las medallas en un gran torneo Quino Colom está haciendo más oposiciones que ninguno. El base del Unics Kazan se ha erigido en el gran líder de esta «selección de las ventanas», que ante Montenegro disipó las dudas generadas por su juego ante Bielorrusia. El buen inicio de España le sirvió para amasar una ventaja holgada en el primer cuarto. Se movía la selección al ritmo de Colom (9 asistencias), con Jaime Fernández y Aguilar aprovechando su imaginación con acierto desde el perímetro (20-10, min. 8). Juego alegre que apenas encontraba resistencia en un rival que tenía en Nikolic su única fuente de anotación.

El descanso de Colom provocó las dudas en la selección. El ímpetu de San Miguel, que jugaba en casa, le pasó factura a la selección. Montenegro fue poco a poco limando las distancias, con Vranjes y Popovic como principales problemas para la defensa de Scariolo, que no tardó en devolver a la pista a su base titular (36-36, min. 17). Su presencia revitalizó a España, que logró irse al vestuario con siete puntos de ventaja tras un parcial liderado por Aguilar, que anotó nueve de sus 16 puntos finales en esos minutos finales del segundo cuarto. El acierto en el triple de la selección al descanso era brutal (8 de 12 intentos), pero Scariolo pedía más. Un esfuerzo defensivo que sí se produjo en la segunda mitad y en el que Rabaseda tuvo mucho que ver. El alero, que cumplía años, contagió su intensidad al resto de sus compañeros y por ahí comenzó a apagarse Montenegro, que sacó bandera blanca a la media hora (64-50).

Fue entonces cuando las gradas del Príncipe Felipe se apuntaron a la fiesta. Alegría por ver a España poniendo un pie en el Mundial 2019 tras el triunfo en la penúltima ventana de esta primera fase a la que aún le restan dos compromisos. Duelos ante Eslovenia -que ayer cedió en Minsk- y Bielorrusia que se disputarán en junio ya con los jugadores de Euroliga a disposición de Scariolo. Será el momento para comprobar si el cariño que Colom, Aguilar y compañía se han ganado es real.