Juan Carlos I: «Espero que el pueblo español comprenda lo que hice y me perdone»

Entrevista concedida por el Emérito a France 3, para hablar con una sinceridad muy fuera de lo común sobre su vida, sus padres, el general Franco, su esposa, su hijo, Don Felipe y el futuro político de España

Don Juan Carlos pasa solo seis horas en Madrid para celebrar en familia el 50 aniversario de su proclamación

Entrevista excepcional concedida por Don Juan Carlos a France 3, cadena del servicio público, para hablar con una sinceridad muy fuera de lo común sobre su vida, sus padres, Don Juan, el general Franco, su esposa, su hijo, Don Felipe y el futuro político de España.

Ningún político vivo, en España y Europa, es capaz de hablar con franqueza y sinceridad de cuestiones capitales para su Patria, su vida más íntima, su familia. Don Juan Carlos lo hace con el corazón en la mano, confesando culpas, asumiendo debilidades, recordando lo esencial: «Como padre y abuelo me gustaría ver más a menudo a familia, ver a mi hijo con su familia, con la princesa Leonor y la infanta Sofía. Como rey, mi hijo está pasando por un momento difícil y necesita apoyo».

Sentada esa matriz esencial, familiar y política, Don Juan Carlos afronta de manera directa las preguntas de Stéphane Bern, periodista especializado, sobre los escándalos y corrupciones que precipitaron su caída: «Como todos los hombres he cometido errores. Intento no tener remordimientos; pero, por supuesto, tendría más cuidado si las cosas volviesen a suceder«. El periodista recuerda las palabras de Don Juan Carlos en sus memorias: »Tras cuarenta años de dictadura, yo di a los españoles una democracia que sigue viva y es mi herencia [ .. ] ¡La democracia no cayó del cielo! [ .. ] Es la obra de mi vida, que yo construí, con todas mis fuerzas. Y que deseo explicar y defender«.

Con pudor y franqueza, Bern le pregunta qué escándalos le parecen más graves, los «económicos» o los «sentimentales». Y Don Juan Carlos responde: «¿Lo peor? Bueno, creo que en España, el dinero es lo más importante. Pero todo es malo».

Reconocidas y asumidas, culpas y errores, Don Juan Carlos desgrana su educación, entre su padre, Don Juan de Borbón, y el general Franco, irreconciliables, el proceso histórico de la instauración de la democracia, dejando caer esta confesión: «Yo he servido a España. La democracia española es la obra de mi vida, como digo en mis memorias. Y, en ocasiones, no presté suficiente atención a mi familia. Espero que el pueblo español comprenda lo que hice y me perdone».

Bern recuerda la primera vez que Don Juan Carlos habló del futuro de la democracia en España, en los EE. UU., que él debería restaurar cuando fuese rey. En aquella ocasión, el Emérito y Franco tuvieron un amago de encontronazo que Don Juan Carlos resume así: «Pensé que Franco se enfadaría. Me dijo: »Alteza, tiene que decir allí lo que no puede decir aquí«. Le respondí: »General, ¿por qué no me ayuda cara al futuro?«. Franco me respondió: »Tendrá que hacerlo usted. Yo no puedo hacerlo. Un día antes de su muerte me cogió la mano y me dijo: la única cosa que le pido es que mantenga la unidad de España«.

Sentados esos principios, Don Juan Carlos recuerda a su padre, diciéndole: «Hijo, a un Rey se le mira incluso cuando está en el baño». Esa lejana advertencia es recordada con motivo de la decisión de alejarse de España: «No he visto a ningún rey de España con muletas, con los problemas de caderas que tengo, ademas. Siempre es mejor tener un rey más joven que uno mayor».

La decisión de abandonar España

Decisión de abandonar España indisociable de su abdicación en Don Felipe: «Lo esencial era dejar a mi hijo con libertad. Si estaba, si continuaba a su lado, podía ser un lío. Tenía y tiene toda mi confianza». Relación, desde entonces, donde su confunden los sentimientos de un padre, un abuelo, y un rey ante otro rey: «Nuestra relación es muy buena. Como padre y como rey me gustaría verlo más a menudo, como me gustaría ver más a mis hijas, a la princesa Leonor, la infanta Sofía. Mi gran ilusión, mi gran esperanza es que mi hijo tenga éxito y que España esté bien gestionada»

Esa confesión íntima, familiar, también tiene una dimensión patriótica, nacional: «Echo de menos España… sus olores, sus paisajes, los toros, el flamenco, la comida, todo. Por eso voy regularmente a las navegar, me lo paso bien».

«¿Cuando volverá?» Le pregunta el periodista. Y Don Juan Carlos responde: «Cuando digo, en ocasiones, que me siento abandonado hablo de forma filosófica. Espero que mi vuelta sea normal. Serví a España, estuve con los españoles. Espero que me perdonen y que entiendan lo que hice y hago. ¿La vuelta? Todo dependerá de la situación y el momento».

En la conciencia y las palabras de Don Juan Carlos, el destino personal, el destino familiar y el destino nacional de España está íntimamente asociados, cuando repite esta reflexión sobre Don Felipe: «Como rey creo que está pasando por un momento difícil y necesita apoyo».