Trump pilla desprevenido a Sánchez al preguntarle por el gasto en defensa en plena ceremonia de paz

El presidente norteamericano se refirió al español con un: «¿Estáis trabajando aquí sobre el PIB? Bueno, nos acercaremos», días después de sugerir que tal vez la OTAN debería expulsar a España

Donald Trump llevó este lunes su disputa con Pedro Sánchez por el gasto en defensa de España a la mismísima ceremonia de la firma del plan de paz para Oriente Próximo. Y, visto el resultado, esta vez el presidente español preferiría haber pasado desapercibido que ser el objeto del reproche del mandatario norteamericano.

Sánchez le pilló desprevenido, estando como estaba Trump repasando la lista de la veintena de mandatarios que este lunes se desplazaron a Sharm El-Sheikh, en Egipto, para ser testigos de una jornada histórica. Llegados desde Turquía, Catar, Pakistán, Indonesia, Francia, Reino Unido, Canadá, Italia, Arabia Saudí, Azerbaiyán, Noruega, Alemania, Hungría…

Para todos ellos tuvo palabras de elogio el líder de la primera potencia mundial, con más o menos convencimiento. Pero lanzó la pulla a dos: al primer ministro de Noruega, al que le preguntó «qué ha pasado», en alusión al Premio Nobel que no le fue concedido el pasado viernes; y a Sánchez.

Cuando llegó el turno del presidente español, que estaba detrás de Trump, este último se dio la vuelta y preguntó al resto, refiriéndose a Sánchez: «¿Estáis trabajando aquí sobre el PIB? Bueno, nos acercaremos», señaló. A lo que el presidente español respondió riendo. El estadounidense añadió, dirigiéndose a los demás: «Fantástico trabajo estáis haciendo».

Minutos antes, Trump Sánchez se habían saludado con sonrisas protocolarias y cierta distancia corporal al comienzo de la ceremonia. Después, cuando el primer ministro de Pakistán tomó la palabra y pidió en inglés el Nobel de la Paz del próximo año para el presidente norteamericano, varios de los líderes presentes aplaudieron, pero no así el español, que permaneció inmóvil en su sitio.

Al menos a Shehbaz Sharif lo entendió porque habló en inglés. Al presidente de Egipto, Abdelfatah El-Sisi, no. Éste habló en egipcio, pero Sánchez no fue capaz de encontrar el pinganillo, así que en las imágenes se le vio perdido, aplaudiendo al compás del resto para no desentonar. A su lado, el primer ministro de Canadá, Mark Carney, estaba en las mismas.

El pasado jueves, Trump sugirió que tal vez España debería ser expulsada de la OTAN por su insumisión. La polémica viene arrastrada desde la última cumbre de la Alianza Atlántica, en junio. Entonces, Sánchez se jactó de que no iba a cumplir con el 5 % del gasto en defensa en la próxima década, después de haber acordado el mismo texto que todos, como recordó la italiana Giorgia Meloni con estupefacción.

El presidente español asistió a la ceremonia de Sharm el Sheij sin mayor papel que el de ser testigo de una jornada histórica, como la mayoría de los jefes de Estado y de Gobierno invitados. Por la mañana, el ministro José Manuel Albares recordó que habían sido los organizadores, Estados Unidos y Egipto, los que habían decidido el formato. Y agradeció la invitación.

Como Sánchez no pudo hablar durante el acto, una vez acabado, la Secretaría de Estado de Comunicación envió una nota de prensa para explicar la postura del Gobierno de España: «España afronta este momento con esperanza y reconoce el papel fundamental de la decisiva mediación de Estados Unidos, Egipto, Catar y Turquía, cuyo liderazgo ha sido clave para acercar posiciones y avanzar hacia la paz. Asimismo, destaca la solidaridad de la población civil frente al sufrimiento en Gaza, que ha movilizado una ola de humanidad sin precedentes, especialmente en nuestro país», según el Ejecutivo.

En el comunicado, la Moncloa destacaba tres prioridades: «proporcionar ayuda humanitaria de forma urgente y masiva»; «consolidar la paz y las medidas de seguridad para evitar un nuevo conflicto, basándose en el Plan de Paz de la Liga Árabe y en la Declaración de Nueva York»; y «avanzar hacia la implementación de la solución de los dos Estados».