Entre rosarios, Misas y devoción a la Virgen María, su fe se abría camino, dejando ver un lado íntimo y sorprendente del líder que siempre llenaba auditorios
El escritor Robert Brennan, hermano del obispo de Fresno, monseñor Joseph Brennan, narró en una columna que el prelado tuvo una conversación personal con Kirk apenas una semana antes de su muerte, durante un evento en Visalia, California.
En aquella breve conversación, Kirk habló de su esposa, Erika, católica, y de sus hijos, con quienes solía asistir a Misa. «Estoy así de cerca», le confesó al obispo, reconociendo que se encontraba a un paso de abrazar la fe católica, y agregó: «Quiero mucho a mi párroco católico».
Aunque al principio evitaba los temas religiosos en sus debates, tras la pandemia, Kirk, cristiano evangélico, combinó religiosidad militante con frescura, sin complejos, y mostró una personalidad arrolladora que nunca ocultó su fe en Jesucristo.

Brennan recordó además un reciente video en el que Kirk reconocía diferencias doctrinales con la Iglesia, pero subrayaba la centralidad de la Virgen María. Kirk afirmó que los protestantes «no veneran ni hablan lo suficiente de ella» y la presentó como «la solución» al «feminismo tóxico en Estados Unidos».
El columnista destacó lo providencial de este testimonio: «Qué apropiado que uno de su últimos videos fuera sobre la mediadora por excelencia del tiempo y el espacio. En su propio camino, él se acercaba a ella, y ahora estoy convencido de que ella le devuelve el favor».
«Charlie iba a misa»
Una de sus más fieles amigas, Candace Owens, la popular comentarista católica conservadora estadounidense, aseguró días después de su muerte: «Creo que Charlie estaba definitivamente a punto de cambiar algunas de sus perspectivas, y puedo decir con certeza que Charlie rezaba el rosario todos los días. Charlie iba a misa.
De hecho, asegura, una de sus últimas conversaciones con él fue cuando bromeó y le dijo: «Solo da el último paso. Eres demasiado inteligente para ser protestante, solo da el último paso, Charlie». Este pasado fin de semana, miles de personas se reunieron en el Estadio State Farm, en Arizona, para rendir homenaje al activista. El acto contó con la participación del presidente Donald Trump, otros líderes del Gobierno, así como el magnate Elon Musk.

Erika Kirk, viuda de Charlie, subió al escenario vestida de blanco y dirigió un mensaje de perdón hacia el joven de 22 años sospechoso de la muerte de su esposo: «Lo perdono porque fue lo que hizo Cristo y es lo que haría Charlie». Unas palabras que desataron una respetuosa y prolongada ovación.
La viuda conmovió al público al declarar que su marido «quería salvar a jóvenes, incluso a aquellos como su asesino». El estadio rompió en aplausos y lágrimas. «La respuesta que conocemos del Evangelio es el amor, y siempre el amor, el amor por nuestros enemigos y el amor por los que nos persiguen», aseguró.