El ex dirigente socialista señala que «defender la constitución y el régimen de la Transición es un acto de rebeldía»
«El sistema democrático español es tan democrático que permite que se use la democracia para destruir la democracia». Así lo expresó ayer el que fuera número dos de Felipe González, Alfonso Guerra. En el marco del 46º aniversario del texto constitucional, el ex dirigente socialista defendió la Carta Magna como «el pacto de una sociedad consigo misma para no llegar a un enfrentamiento» y acusó a los «actores políticos» actuales -a los que tildó de «mediocres»- de emprender «el camino de dividir a los españoles y deshacer la unidad colectiva que emprendimos en el 78. Y eso es un suicidio colectivo que no lleva a ninguna parte».
En este sentido, el ex dirigente socialista señaló al Ejecutivo por «obedecer los intereses de una región en contra del conjunto» del país, en referencia al requisito que supuso la Ley de Amnistía para la investidura de Pedro Sánchez. «Ha derivado en un dogal para unos nacionalistas que traicionaron sus propias expresiones cuando hicieron la Transición», aseveró.
Guerra reivindicó que la unidad territorial es «intangible» y subrayó que «la ruptura de la unidad» es «aberrante»: «Esta gente vive como si fuera una fiesta», se lamentó. Además, aseveró que «la diversidad» sustituya a «la igualdad». «Estamos en cierta manera dependiendo de las minorías. Hay que tenerlas en cuenta, pero no puede marcar la falta a la mayoría», subrayó a lo largo del coloquio en el que participó junto a la jurista Teresa Freixes, que presentaba su libro En defensa de la Transición.
LA TRANSICIÓN
Alfonso Guerra se mostró de acuerdo con el ala crítica del PSOE y citó al secretario general de Aragón, Javier Lambán, para acusar la ceguera de «los socialdemócratas», que «no quieren enterarse de que sin separación de poderes no puede haber una democracia liberal» y que, sin ésta, tampoco podría existir la socialdemocracia. Así, Guerra invocó con «solemnidad» el recuerdo de la Transición, «que poco a poco se desvanece para millones de españoles», y sobre todo «los jóvenes». «No fuimos lo suficientemente conscientes de la importancia de lo que se estaba haciendo», recordó.
«Estamos en una situación en la que no se valora ese paso histórico, de gigante», criticó Guerra. «Hoy se discute todo, y eso esta bien», pero el ex dirigente socialista llamó a la racionalidad en el debate y a la prevalencia de la ley sobre la mayoría porque «la mayoría no puede hacer algo que la ley prohíbe», remarcó. «Parece sencillo, pero no hay muchos que lo acepten. Y tal y como están las cosas defender la constitución y el régimen de la Transición es un acto de rebeldía», apuntó Alfonso Guerra.
Aunque el veterano socialista no cargó directamente contra la cúpula del partido en la que de antaño se sentaba, si acusó una «debilidad muy fuerte» en la misma que, según él, se ve compensada por la figura del monarca; en especial, ante la catástrofe de la DANA donde «sólo su presencia física» encarnó al Estado, igual que su comparecencia «el 3 de octubre de 2017» o la de su padre, el rey Juan Carlos I, el 23-F. Para Guerra, la desavenencia de algunas formaciones políticas con el Rey, «es una irresponsabilidad».