Los ‘populares’ creen que la estrategia de regeneración y contra los bulos es «una cortina de humo» para tapar la investigación a Begoña Gómez
El PP cree que el Plan de Acción por la Democracia y contra los bulos que va a aprobar este martes el Consejo de Ministros no es sino «una cortina de humo» para «distraer a la opinión pública». Y lo critica con mucha dureza, comparándolo con el Gobierno de Venezuela incluso antes de conocer el texto: «Su vocación de ampliar el control a los medios de comunicación privados es preocupante y se asemeja más a lo que hacen países a los que este Gobierno tiene alergia de calificar como dictaduras».
De manera que el PP no tiene previsto dar el visto bueno al documento que presente mañana el Ejecutivo porque está convencido de que irá en la dirección diferente a la normativa europea en la que se basa, y que los populares sí respaldaron en el Parlamento Europeo. «No apoyaremos ningún planteamiento del Gobierno que se base en controlar a los medios de comunicación que les impida publicar temas y asuntos que incomoden al presidente Sánchez«, han asegurado fuentes del principal partido de la oposición.
El presidente del Gobierno ha adelantado este lunes que ya tiene listo el plan que él mismo pergeñó en sus cinco días de reflexión, y que anticipó antes del verano. Y que quiere que cuente con el apoyo del PP. Según Sánchez, este plan va a «dotar de más transparencia, más pluralidad y mayores garantías» a las Cortes Generales y al «ecosistema informativo», y servirá a hacer frente a la «desinformación» y la «máquina del fango».
Para el PP, esto suena a línea roja. «Resulta llamativo que Sánchez impulse su propuesta precisamente tras la investigación judicial contra su esposa, imputada por corrupción y tráfico de influencias, y cuando los casos de corrupción salpican directamente a parte de su Gobierno y su partido».
Las críticas de los populares no ahorran contundencia: «Pedro Sánchez ya controla con dirigentes de obediencia debida la agencia EFE y RTVE, además de buena parte de las instituciones del Estado». «Y no es quién para repartir licencias de medios de comunicación ni carnés de buen periodista en función de lo que escriban o digan sobre su persona. El problema con la regeneración no la tiene en ningún caso la democracia española, sino su partido, su Gobierno y él mismo».