Annegret Kramp-Karrenbauer, la favorita de Merkel, nueva presidenta de la CDU

La canciller Angela Merkel ha cedido este viernes la Presidencia de la Unión Cristiano Demócrata (CDU) a quien eligió para la secretaría general del partido, poniéndola así en una situación privilegiada de cara a una sucesión que era desde hacía tiempo inevitable.

Annegret Kramp-Karrembauer, apodada AKK o «mini Merkel» por su proximidad a la canciller, obtuvo en segunda votación el respaldo de la mayoría de los 1001 delegados que asisten en Hamburgo a un congreso calificado de «histórico», y no sólo porque con Merkel se pone fin a una era que ha durado 18 años, sino porque el partido necesita un líder que sirva de torniquete a la sangría de militantes y electores que ha experimentado en los últimos tiempos. La ventaja de AKK respecto a su rival fue muy escasa. 517 votos para la secretaria general y 482 para Friedrich Merz.

La incertidumbre y tensión por saber quien llevaría las riendas de la CDU, el partido conservador mas importante en estos momentos de Europa, ha durado hasta el último minuto. En la primera votación Kramp-Karrembauer obtuvo 450 votos, Merz 392 y el ministro de Sanidad, Jens Spahn, 157, por lo que fue eliminado. La competición se redujo, como se esperaba, a Merz, que regresa a la política tras un paréntesis de nueve años de la mano de Wolfgang Schäuble, y a AKK la favorita secreta de Merkel. La elección fue por tanto entre dos corrientes, entre la cohabitación y la continuidad.

La elección no ha sido fácil. Sin consignas de voto de las agrupaciones a las que pertenecen, solos en la apuesta por el mejor candidato de futuro, se vieron ante tres candidatos con discursos muy bien elaborados y dispuestos a recuperar los tiempos en los que la CDU ganaba elecciones con el 40% de los apoyos. Los caminos propuestos por los candidatos eran distintos, en consonancia con las corrientes a las que pertenecen.

La elección de la nueva presidenta, el plato fuerte del congreso, fue precedida por la intervención ante el pleno de los candidatos, que contaron con 20 minutos para exponer sus programas, y un debate sobre una amplia paleta de temas, incluido el aborto, la migración, Europa o cómo recuperar los votantes que la CDU ha cedido en favor de los partidos populistas de izquierda y de derecha, especialmente a Alternativa para Alemania (AfD).

Fue Merz quien más incidió en la necesidad de reforzar el perfil conservador y neoliberal de la CDU a fin de abrir a la derecha el espectro de votantes, aunque sin renunciar al centro y a los valores de un partido, que dijo, «es el último reducto cristianodemócrata en Europa».

Kramp-Karrembauer hizo hincapié en los aspectos sociales con tanta pasión que ciertos pasajes de su discurso podría podrían haberse escrito en el laboratorio de ideas del Partido Socialdemócrata (SPD).

Spahn se alzó en representante de las nuevas generaciones y defendió la necesidad de empezar a trabajar por un partido y una Alemania de 2040. «Me dicen que soy demasiado joven, que tengo tiempo, que no debo ser tan impaciente y tan ambicioso. Que debía retira mi candidatura. ¿No se dan cuenta de que el futuro requiere ambición y que el 2040 está a la vuelta de la esquina?», dijo Spahn, que tiene intención de seguir al frente de Sanidad.