La buena noticia.

Son buenas noticias aquellas que nos ayudan a ser más felices. Por eso creo que es una buena noticia -para los creyentes- el saber que Dios, de diversas maneras, ha creído conveniente que los hombres se pudieran poner en contacto con Él y trataran de descubrir su existencia primero y luego, su interés por ellos. Así creo, aparecieron las religiones en el mundo, y todas ellas conducen al hombre a plantearse la existencia de Dios y a descubrir el por qué y para qué de la vida humana.

Aquellos que piensan que Dios no existe, han de buscar un sentido a su vida y a la vida del hombre sobre la tierra. El ser humano que tiene la capacidad de pensar, no puede vivir una vida auténticamente humana sin reflexionar sobre los temas fundamentales de la existencia. El “ya lo pensaré mañana” de la protagonista de lo que “El viento se llevó” nos conduce al error, y por consecuencia, a la infelicidad. Por eso, los que no creen en Dios, fundamentan sus convicciones en la idea de que no existe y en el valor del hombre y el papel de la humanidad sobre la tierra.

Los agnósticos viven, como los creyentes y no creyentes, inmersos en la búsqueda de la verdad que nos permita a todos alcanzar la libertad. Ya que, alcanzarla nos hará libres y, por tanto, poseedores de un mayor grado de felicidad.

En todo caso, quizás podamos estar todos de acuerdo, en que cada uno y, cada cual por su camino, apoyados por los otros, debemos buscar la Verdad y saber disponer de nuestra libertad, en ellas encontraremos la felicidad. Entre otras cosas, porque si no lo somos, difícilmente, podemos ayudar a ser felices a los demás, y solos, aislados, no podemos serlo. Sin querer estamos hablando de amor. Porque el fin de la libertad es el amor.

Esta es la buena noticia, a la que hacemos referencia en el título de este artículo, que, en el fondo, todos buscamos el amor.

¿Que os parece, si nos animamos a profundizar, a reflexionar sobre nuestras propias convicciones y sin presiones, vamos avanzando en el camino de encontrar el amor, en un mundo que a pesar de todo su progreso -a veces- se muestra triste, porque es un mundo violento y al parecer desamorado?

Nosotros podemos mejorar. Al menos, nosotros mismos y, a través de ello, nuestro entorno: familia, amigos, barrio… y así, lograremos, para todos, un mundo mejor.