Son pocos los habitantes y los visitantes de esta zona, pero su belleza natural deja sin palabras a cualquiera
Cada verano que pasa hay más viajeros que optan por explorar el interior de la península en lugar de viajar hasta la masificada costa. Lo hacen en busca de tranquilidad, de temperaturas más frescas, de una naturaleza diferente protagonizada por la montaña y los bosques. Todas estas características las cumplen muchos pueblos desconocidos y olvidados de Aragón que, además, esconden entre sus fronteras pozas, ríos, pantanos y piscinas naturales ideales para un chapuzón en esos días más cálidos.
Uno de esos destinos idílicos de interior está en Teruel, en el valle del río Bergantes. Para ser más exactos, en el pueblo de Aguaviva, que no llega a los 550 habitantes pero que esconde secretos naturales dignos de ser conocidos. Se encuentra entre los ríos Guadalope y Bergantes y cuenta con una diversidad de paisajes única en Aragón. De hecho, su entorno ha sido declarado Lugar de Interés Comunitario (LIC) y Zona Especial de Protección para las Aves (ZEPA).
Además, forma parte del GR-8, una ruta por los paisajes más espectaculares desde Castellón hasta Teruel. Es una zona muy rica en todos los sentidos, también en gastronomía tradicional. En sus bares y restaurantes se pueden degustar platos típicos como las migas, los embutidos o la carne a la brasa. Pero los puntos fuertes de Aguaviva son sus pozas. Para llegar hasta ellas lo mejor es recorrer los caminos que aparecen señalados desde el propio pueblo.
Vista sobre el pueblo de Aguaviva. / Wikicommons / Aguovivo
Las pozas más bonitas de Teruel
El punto de partida es el puente de Cananillas, uno de los mayores atractivos de la zona. Se trata de una construcción renacentista que antiguamente era parte del Camino Real por el que se unían Tortosa, Morella y Castellote. Este trayecto se utilizaba para transportar los alimentos que se recogían en la zona del Maestrazgo hasta la costa levantina. Al cruzarlo es posible observar la belleza de las pozas y zambullirse en la historia viva que cuenta este precioso puente de piedra.
Otra opción es hacerlo desde el puente del Arenal, que alberga una piscina natural aunque menos impresionantes que sus vecinas. A muy poca distancia aparecen las Pozas de Aguaviva, con unas aguas turquesas y transparentes que parecen extraídas de una postal. Son consideradas de las más bonitas de la provincia de Teruel y suelen llenarse de visitantes, pero no se masifican. El agua está tan limpia que se ve perfectamente el fondo y la temperatura es de lo más agradable.
El río Bergantes a su paso por Aguaviva. / Wikicommons / Gutca
Además, gracias al carácter torrencial del río Bergantes, el entorno se ha convertido en una maravilla geológica repleta de cuevas y otras formaciones. Todo ello añadido a las zonas de playa que se han ido creando junto al río y que hoy son perfectas para pasar el día e incluso para hacer un pícnic sin necesidad de mojarse. Por ese entorno también circulan una gran variedad de sendas que pueden recorrerse y disfrutarse en cualquier época del año.