El visto bueno definitivo a las obras en las torres se demora a falta de trámites
El Cabildo avanza en paralelo en un plan director para la restauración integral del templo
La comisión provincial de Patrimonio de Zaragoza podrá estudiar este mes el proyecto de reforma de las torres de la basílica del Pilar. En el pleno de este organismo, que depende del Gobierno de Aragón, los técnicos tendrán acceso a este documento y podrán valorar si va en el buen camino, aunque no procederán todavía a su aprobación puesto que faltan trámites administrativos por concluir que no han llegado a tiempo.
El objetivo del Cabildo de Zaragoza, propietario del templo, era tener terminado en julio el proyecto de reforma y entregarlo a Patrimonio para conseguir el visto bueno definitivo dos años después de que se desprendieran los primeros cascotes desde una de las torres. Sin embargo, la comisión no va a poder proceder al visado del documento, puesto que todavía faltan algunos trámites, como la obtención de las perceptivas licencias, según explican fuentes de la DGA.
Aun así, Patrimonio podrá estudiar si el trabajo realizado hasta ahora, que se retomó hace pocos meses tras haberse paralizado el primer intento de reforma de las torres, cumple con lo estipulado. Cuando el proyecto ya esté terminado al 100% y se hayan recibido todos los permisos será cuando este organismo pueda dar el visto bueno para que comiencen los trabajos en la basílica.
En paralelo, y según ha podido saber este diario, el Cabildo avanza ya en un plan director para la restauración integral del templo mariano. El último vuelo sobre la basílica con los drones de los bomberos, que tuvo lugar el 28 de junio, sirvió no solo para valorar el estado de las torres, sino también para comprobar el nivel de conservación de las cupulinas y la cúpula central, que antes o después tendrá que ser objeto de una rehabilitación.
Plano en 3D del templo
En ese último vuelo de los drones se pudo completar también el plano en alzado de las torres, puesto que los documentos con los que se había trabajado hasta ahora no estaban completos. Incluso se va a poder realizar un mapa en tres dimensiones de la basílica gracias al trabajo de estos mecanismos voladores.
Fue en mayo de 2022 cuando se desprendió un cascote de una de las torres de la basílica, lo que hizo saltar todas las alarmas. Desde entonces se han caído otros dos elementos de piedra desde lo alto del edificio, pero pronto se comprobó que el templo no sufre daños estructurales, sino que el problema se centra sobre todo en las molduras y los elementos decorativos, que se han desgastado con el paso del tiempo y por la acción del agua, el calor y el viento.