Natividad Herrero: «Todo el sector sanitario se está dejando la piel»

Un respirador… Sí, sobre todo, un respirador. La puerta de la vida en la uci. Primera fila en la pugna contra la covid. Imprescindible un respirador, decía. Pero también la sábana, el camisón y el plato de comida adecuado en un hospital convenientemente equipado. Natividad Herrero es jefa del Servicio de Hostelería del Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa.

Hablando con médicos y cirujanos, todos consideran como injusto discriminar méritos en esta lucha sanitaria global.

Solo le diría que nadie ha escatimado ni escatima ningún esfuerzo. Todo el sector sanitario se está dejando la piel. El esfuerzo está siendo enorme. Yo, por ejemplo, he estado 50 días sin descanso.

¿Tanto agobio había en el servicio de hostelería?

Hay que precisar, antes de nada, que este servicio agrupa, además de hostelería, a lavandería y limpieza, esta última a través de empresas contratadas, aunque el control lo realizamos aquí, en el mismo hospital. Además, también el amueblamiento y todo lo que no tenga que ver directamente con el tema médico. En la lavandería somos 70 personas y hemos tenido que contratar 16 personas más durante el estado de alarma. En la cocina siguen las cien personas. No ha sido necesario contratar más.

¿Cómo han sido los días y las noches en estos rincones del Hospital Clínico?

Con incertidumbre, con esfuerzo máximo. Además, la lavandería acabábamos de estrenarla, por así decirlo. Estuvimos desde mayo hasta noviembre en obras. Nos estábamos poniendo al día y nos viene esta avalancha…

Contagios y más contagios…

El servicio de prevención tuvo que establecer varios escenarios. Hay un montón de batas EPI (equipo de protección individual), que hay que lavar por encima de los 60 grados para matar el virus. Ha disminuido muchísimo el número de ingresos, pero tenemos que afrontar la etapa post-covid para hacer frente a cualquier repunte.

¿Contemplan otra escalada?

El mayor riesgo siempre va unido al desconocimiento de una enfermedad, o sea, a los primeros días de la pandemia. Ahora hay que continuar estando alerta. No nos podemos relajar en la lavandería. Lavamos siete mil kilogramos de ropa al día. Además, detergentes virucidas… Se estableció un programa especial con el servicio de Medicina Preventiva.

¿Y en cocina?

Igual. Hubo que prepararse por si había personal que nos fallara para hacer el reparto de la comida en las habitaciones.

¿Cambió la dieta?

Sí. Se preparó una dieta blanda con mayor aporte proteínico. Afortunadamente, hemos podido dar el servicio sin tener que dar aviso del procedimiento especial que teníamos preparado.

Falleció un trabajador de limpieza del Hospital Miguel Servet…

Las precauciones eran y son todas, pero, lamentablemente, así fue. El esfuerzo del personal de limpieza es inmenso. Además, en primera línea. Imprescindibles en este momento también para poner en funcionamiento todos los servicios que han albergado pacientes con covid para iniciar con los pacientes de lista de espera.

Estamos ante un peligro invisible.

Más complicado aún. Todo el personal de todos los servicios quería explicaciones y seguridades, pero nos estábamos enfrentando a un enemigo del que desconocíamos casi todo. Al servicio de Prevención se le requería desde todos los sitios del hospital a la vez.

¿Había miedo?

Claro. ¡Cómo no va a haber miedo! Yo también sentí miedo, todos sentimos miedo. Hoy sigue habiendo incertidumbre, pero, afortunadamente, siempre se han dado respuestas.

¿Teme un repunte en otoño?

Siempre hay que estar preparados para afrontar cualquier contingencia. No me gustaría que se produjera el repunte. Después del confinamiento, del gran trabajo que he visto con mis propios ojos, hay que intentar evitarlo.