El Festival de Cine Canadiense de Madrid ha celebrado su segunda edición, con gran aceptación del numeroso público asistente y el apoyo institucional de la Embajada, con la presencia habitual del embajador en varias de las sesiones.
La progresión de este modesto y joven certamen queda patente con el incremento de películas, proyecciones y salas con respecto a la pasada edición. Ha destacado, al igual que en la primera edición, la variedad temática de la programación, donde han tenido cabida géneros y estilos diversos, así como el respeto a la pluralidad lingüística del país norteamericano.
El festival comenzó sus proyecciones con el drama independiente Giant Little Ones, una historia de temática adolescente donde se tratan con buen estilo e interés asuntos como la amistad traicionada, las dudas acerca de la identidad sexual o los conflictos generacionales.
Entre las películas programadas, destacó asimismo All the time in the world, que confirmó 
la calidad del género documental en la cinematografía canadiense, y que describía la aventura de una familia urbanita que decidió vivir nueve meses en el hostil territorio del norte de Canadá y documentar en vídeo su odisea. La frescura con que está contada la vivencia temporal de esta pareja con tres hijos en un ambiente tan ajeno a su zona de confort habitual convierten a este trabajo en una de las más curiosas propuestas del certamen.
Al igual que en la pasada edición, el festival ha querido dar a conocer películas que visibilizan a la comunidad indígena nativa de Canadá, las denominadas «First Nations». En esta ocasión, la cinta Indian Horse reflejaba la vida de un niño nativo separado de su familia e internado en una serie de centros que en los años 70 proliferaron en el país y que trataban de «reeducar» a los jóvenes indígenas para inculcarles la cultura dominante en el país. Una película atractiva, con toques comercialoides más propios del cine USA, pero bien contada e interesante.
La selección de películas quedó completada con el romance juvenil Falsos tatuajes, de modesto presupuesto pero notable contenido (y que contó durante el certamen con la presencia de su joven productora, que tuvo un coloquio con el público), el thriller de ambiente sórdido Chien de garde, y las amables comedias Venus y Les rois mongols.
Enrique Marqués (NJ)
