Un viaducto de 70 metros de largo es la solución elegida por el Ministerio de Fomento para solucionar el desprendimiento ocurrido hace poo más de un mes en el alto del Monrepós (N-330). Así lo ha anunciado en la mañana de este lunes el jefe de la demarcación de Carreteras de Aragón, Rafael López Guarga, durante la visita que está realizado el ministro, Iñigo de la Serna, a las obras de la A-23 entre Huesca y Jaca. En la misma ha anunciado la puesta en servicio el próximo mes de junio de cuatro kilómetros entre Caldearenas y Lanave.
También se ha informado de la colocación el próximo mes de la primera piedra del único tramo pendiente de la A-22 (Huesca-Lérida). Se trata de los 12,78 kilómetros de la N-240 entre la capital oscense y Siétamo, que llevan más de cinco años bloqueados.
El puerto del Monrepós estuvo cerrado una semana. Recuperó la normalidad con la apertura de un paso provisional que permite dar continuidad a la carretera tras el hundimiento de la calzada. La limitación de velocidad a un máximo de 50 km es el único condicionante en un vial de 300 metros de longitud y un carril por cada sentido construido en tiempo récord con el objetivo de que el principal eje de acceso al Pirineo pudiera estar en servicio el puente festivo del Día de Aragón. Se estaba a la espera de una solución definitiva para el trozo afectado.
Según López Guarga, el deslizamiento de terrenos ocurrido el 13 de abril se produjo por la acumulación de precipitaciones entre febrero y abril. El mes pasado se registraron 260 litros por metro cuadrado en la zona, mientras que la media de los últimos años es de 30 litros.
Las obras entre Huesca y Jaca avanzan a buen ritmo. En el tramo Monrepos- Caldearenas , con 4.083 m, está ya terminada la construcción del túnel, de 2.936 metros. En estos momentos se está realizando las instalaciones, según ha informado el Ministerio.