Carmena pierde 216 millones para inversiones por una mala gestión

Cualquier actuación que no se lleva a cabo en el Ayuntamiento de Madrid ya tiene un culpable: Cristóbal Montoro (PP). Bajo ese paraguas, el equipo de Manuela Carmena mete todos los proyectos que no ha sido capaz de sacar adelante. Pero la excusa del castigo del Ministerio de Hacienda no sirve para explicar la pérdida de 216 millones de euros durante 2017, un montante que iba a estar destinado a Inversiones Financieramente Sostenibles (IFS).

El Ayuntamiento de Madrid sólo mantuvo inmovilizados 275 millones de euros por orden del Ejecutivo nacional –por incumplimiento reiterado de la Ley de Estabilidad Presupuestaria– durante 28 días: del 20 de noviembre de 2017 al 19 de diciembre, día en que se levantaron las medidas cautelares al acatar el Consistorio –en un cuarto intento– la norma.

Según documentos a los que ha tenido acceso ABC, antes de que se retuviera esa partida en noviembre, Ahora Madrid tenía más del 70% del presupuesto de IFS sin tocar. Un mes después, en diciembre del año pasado, Manuela Carmena sólo había ejecutado el 39,2% de las IFS que había presupuestado. Pero además, una cuestión que omite el Gobierno municipal es que pese al estancamiento de los 275 millones, existían 80,4 millones de euros de IFS que el Consistorio sí podía utilizar, una partida que se aprobó el 27 de septiembre y a la que no afectaba el requerimiento judicial iniciado por la Delegación de Gobierno.

En términos económicos, Madrid sólo ha utilizado 139,4 millones de euros para inversiones sostenibles de un total de 355,4 millones. El resto, 216 millones, van a ir a parar a los bancos. Y no porque así lo decida Ahora Madrid, partido que incluía entre sus promesas electorales dejar de pagar la deuda pública, sino porque la Ley de Estabilidad Presupuestaria obliga a los ayuntamientos a destinar el excedente a amortizar sus deudas si las IFS no son ejecutadas en el ejercicio concluido.

Tres años incumpliendo

Esto se traduce en más de 400 acciones que permanecerán en las carpetas de Cibeles, actuaciones como las mejoras del pavimento viario principal (12 millones de euros); diferentes fases de itinerarios ciclistas (más de 8 millones de euros); adecuaciones de piscinas, pistas y climatizaciones en centros deportivos, colegios, centros culturales y edificios; eliminación de barreras arquitectónicas, por ejemplo en Puente de Vallecas (686.000 euros); mejoras del entorno urbano (99.000), y un largo y extenso etcétera.

Las IFS son aquellas partidas donde las entidades locales –con superávit o remantente de tesorería– pueden destinar sus excedentes presupuestarios, siempre que sean actuaciones sostenibles y que no generen un gasto corriente (fijo) a las arcas. No es la primera vez que la formación blanca de Podemos en la capital pierde millones para invertir en la ciudad. En 2015 sólo utilizó el 21,9% del presupuesto para IFS, y en 2016 no alcanzó el 60%. El año pasado, el resultado empeoró, pese a que habían sido más ambiciosos dedicando más dinero y más guiones.

Las Áreas sólo llegaron a ejecutar mediante el proceso de licitación un 4,3% del presupuesto (7,8 millones de euros de una partida de 182 millones). Cultura, dirigido por la propia alcaldesa, no utilizó ni un sólo euro; Desarrollo Urbano Sostenible, con José Manuel Calvo al frente, empleó apenas un 1,8% (1,6 millones de euros de un total de 89 millones que tenía para gastar), seguido del 2,2% (743.497 euros de un total de 33,4 millones) de Medio Ambiente y Movilidad, de Inés Sabanés.

Por distritos

Los 21 distritos tenían 48,8 millones para utilizar en mejoras y sólo invirtieron 24,2 millones. Hubo algunos que llegaron a usar el cien por cien, como Carabanchel (con Esther Gómez de concejal) o Chamartín (con Mauricio Valiente como presidente) y otros que no hicieron nada, como Fuencarral-El Pardo (con Guillermo Zapata, que sin embargo en Villaverde si empleó el 96,2%). Los vecinos de San Blas-Canillejas (5,2%), con Marta Gómez Lahoz; Salamanca, con Pablo Carmona (8,7%), y Usera (17,1%), con Rommy Arce, tendrán que esperar de nuevo las reformas.

Sobre esta «nefasta» gestión, el Partido Popular enfoca a dos responsables: el ex delegado de Economía y Hacienda, Carlos Sánchez Mato, y Manuela Carmena. «La situación de colapso de las cuentas municipales es una absoluta responsabilidad del equipo de Gobierno, de Sánchez Mato, que desde el minuto uno emprendió un desafío a la Ley de Estabilidad Presupuestaria y a la regla de gasto, y luego de la alcaldesa», declara Íñigo Henríquez de Luna, portavoz adjunto al Grupo. El edil del PP recuerda que el primer incumplimiento fue de 15 millones de euros y en la liquidación de 2016 fue de 238 millones. Entonces el ex delegado hizo compras astronómicas en el último mes de año, como Alcalá, 45, «para mejorar la ratio de ejecución». «Los que pierden y pagan las consecuencias son los madrileños y los que ganan, las entidades bancarias, que han visto amortizado anticipadamente su deuda en 800 millones por la ineficaz gestión de esta gente», sentencia.