Europa acaba con la venta masiva de CFD y otros derivados complejos

Los brókeres que se dedican a colocar CFD y otros derivados complejos entre inversores particulares tendrán que revisar su estrategia. El supervisor europeo de los mercados de capitales, ESMA, se ha pronunciado al respecto antes de lo esperado. El organismo ha anunciado este martes medidas para prohibir la venta de opciones binarias y restringir la de los CFD «para proteger a los inversores minoristas». Desde el sector explican a este medio que los comercializadores pasarán a enfocar su negocio a inversores institucionales, como ya hacen algunos de los brókeres más grandes.

La decisión de ESMA está en línea con lo previsto. Quedaba por saber el alcance de las restricciones y cuál será el papel de los supervisores nacionales, ya que la medida estará en vigor temporalmente durante tres meses, prorrogables a un trimestre adicional. A partir de ahí, de acuerdo con la normativa MiFIR, serán los reguladores de cada país miembro de la Unión Europea los que deben pronunciarse.

La Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) irá en la misma dirección, según adelantó su presidente, Sebastián Albella, en la presentación del plan de actividades para 2018. «Son productos complejos y peligrosos», aseguró. ESMA recuerda que los cálculos de las autoridades nacionales apuntan a que entre el 74% y el 89% de los inversores minoristas que invierte en estos instrumentos pierde dinero, con pérdidas promedio por cliente que van desde los 1.600 euros hasta los 29.000 euros.

Las opciones binarias sirven para que un inversor apueste si un activo subirá o bajará durante un periodo determinado, con la posibilidad de obtener altas rentabilidades o perder todo lo invertido. ESMA prohibirá la comercialización, distribución o venta de estos productos a inversores minoristas. Esta medida empezará a aplicarse un mes después de su publicación en el Diario Oficial de la Unión Europea.

Por su parte, los CFD son contratos de diferencias en el que un inversor y una entidad financiera acuerdan intercambiarse la diferencia entre el precio de compra y de venta de un activo subyacente, que puede ser una acción, un índice, un bono o una materia prima. Aquí ESMA incluye los contratos de divisas al contado (‘rolling stop forex’). ESMA impedirá que haya inventivos por la venta de estos productos que promuevan operaciones, establecerá una advertencia sobre que es un producto complejo como ya ha decidido la CNMV, establece mecanismos para limitar los saldos negativos de los clientes (a menudo el inversor pierde todo y debe dinero al bróker) y una obligación de cierre de posiciones a nivel de cuenta de cliente por consumo de garantías.

Límites al apalancamiento

Estos productos suelen comercializarse con apalancamiento. Por ejemplo, un producto que se vende a 1:100 quiere decir que por cada euro en cuenta el cliente puede jugarse 100 euros para invertir, lo que amplifica las ganancias potenciales y también las posibles pérdidas. El supervisor europeo limitará el apalancamiento en la apertura de una posición entre 30:1 y 2:1 en función de la volatilidad del activo subyacente.

Así, el límite será de 30:1 cuando el activo sea una divisa principal, como el euro o el dólar; de 20:1 para los cambios de divisas no principales, el oro y los índices bursátiles más importantes; de 10:1 para las materias primas distintas al oro y los índices bursátiles menos conocidos; de 5:1 para los valores individuales de renta variable y otros activos no mencionados en estas restricciones; y de 2:1 para las criptomonedas, como el bitcoin.

Existe una gran diferencia entre los brókeres que ganan dinero únicamente con la comisión del cliente, a cambio de gestionar sus órdenes con grandes bancos de inversión, y los que actúan de ‘market makers’. Es decir, crean mercado y ganan cuando pierde el cliente, con una información asimétrica en favor del bróker, lo que aumenta el riesgo de pérdidas para el cliente. Aunque los límites serán para todos los operadores.

A excepción de las opciones binarias, que «no tienen una finalidad alternativa de inversión clara», asegura ESMA, el resto de derivados pueden ser útiles para cubrir riesgos. Por ejemplo, proteger una cartera de una divisa o de un evento inesperado como fue el Brexit. Sin embargo, la «cultura del pelotazo» ha provocado que los brókeres comercialicen estos instrumentos entre inversores minoristas con alto apalancamiento, sin conocimiento por parte del cliente y con incentivos en la venta.

Protección del inversor

«Las medidas que ha anunciado hoy ESMA servirán para garantizar una mayor protección del inversor en la UE, ya que asegurarán un nivel mínimo común de protección para los inversores minoristas», asegura Steven Maijoor, presidente de ESMA, en un comunicado. «La combinación de una promesa de alta rentabilidad con plataformas digitales en las que es fácil operar, y unos tipos de interés en mínimos históricos como telón de fondo, ha creado una oferta muy atractiva para los inversores minoristas. Sin embargo, la complejidad intrínseca de los productos y su excesivo apalancamiento (en el caso de los CFD) ha generado considerables pérdidas para este tipo de inversores», añade.

¿Por qué ESMA no había actuado hasta ahora? Muchos participantes del mercado habían venido denunciando abusos y peligros para los inversores minoristas. Sin embargo, tras dos años de advertencias, no había habido medidas concretas. «ESMA solo está facultada para restringir o prohibir temporalmente la comercialización, distribución o venta de estos productos desde el 3 de enero de 2018, en el marco de un refuerzo de la protección de los inversores presentado por el nuevo régimen de la MiFID», se defiende el supervisor europeo, mientras que los nacionales habían estado a la espera de su dictamen para actuar después en consecuencia.